Los rostros de los refugiados palestinos

Roberto Torres Collazo
8 de Noviembre de 2015
Editor colectivo de Cambio Social, EEUU.

Es muy frecuente en los medios de comunicación que cuando se cubre el genocidio del estado de Israel contra el pueblo palestino muy pocas veces se habla de los refugiados palestinos. De esta manera se les silencia, se les censura, no se conocen sus nombres, se les deshumaniza, no se conocen sus historias, en otra palabras: sus rostros. Son “invisibles”.

Actualmente hay 5 millones de refugiados palestinos. Concecuencia del Nakba, la catástrofe, del 1948: donde inicialmente cerca de un 1 Millón de palestinos fueron obligados a emigrar a punta de fusil, abandonando sus tierras, sus bienes y sus hogares, donde huvo masacres y cientos de poblados fueron destruidos deliberadamente por los judíos sionistas.

En ese éxodo del Nakba, desastre, se encontraban niños, mujeres, campesinos, obreros, religiosos, estudiantes, intelectuales, comerciantes y políticos. Sus vidas fueron truncadas, sueños arrebatados y sus vidas destrozadas. Muchos de ellos se encuentran hoy mayormente en los campos de refugiados en el Líbano, Egipto, Jordania o Siria.

En un intento por hacerlos “visibles” mostramos algo de sus vidas en Amman, Jordania, campo de refugiados de 2 millones de palestinos, en los barrios populares que visitó el escritor Carlos de Urabá. Muchos de ellos caminan entre mercados informales, en los comercios donde el 65% vive en la pobreza. Dependiendo de ayudas humanitarias como la UNRWA, la Media Luna Roja o las cofradías islámicas. Israel le niega el derecho al retorno a sus tierras y hogares en Palestina.

En Jordania los campamentos de refugiados hoy se han convertido en barriadas. Sus habitantes han improvisado todo tipo de casas rudimentarias sin ninguna planificación o diseño en medio del inmenso tráfico de personas, el caos y el desorden. Muchos viven en la indigencia y el abandono. Estas pésimas condiciones ha conducido no pocas veces a graves traumas, la depresión, la ansiedad, la esquizofrenia, el insonio. Gracias a De Urabá podemos conocer los rostros de algunos de ellos:

Musa de Belén: 65 años. Pertenece a una familia de negociantes de la zona de Beit Jala en Belén. Varias veces han venido intermediarios a visitarlo de origen saudita para que firme la venta de unos lotes, herencia de sus padres, a cambio de una importante suma de dinero. El se niega a hacerlo pues sospecha que pasarán a manos de algun colono judío en Palestina, perjudicando a sus hermanos. Hoy vive con sus gatos en una bodega donde se apilan mercancías. Se dedica a vender lotería en las calles del barrio de Jabel Amman. Tristemente, ha caido en el alcoholismo.

Amal de Nublas: Mujer de 57 años. Hija de una familia de clase media que se dedicaba al comercio de aceite de oliva. En el Nakba tuvieron que huir con lo que tenían puesto hacia Jordania, pues los perseguían el grupo terrorista Irgun. Quedaron en la miseria y debieron vivir en el campo de refugiados de Bagaa.

Abu Ali de Jaffa: Este anciano llegó exiliado a Amman de muy niño junto a sus familia despues del desastre Nakba. Se instaló junto a su familia. Trabaja de cartonero en el wasat al-balad. Una persona muy piadosa y cumple fielmente las cinco Oraciones diarias en la mezquita de Husseini. Pone cartones en la calle para que las personas puedan realizar sus Oraciones con comodidad.

Fairuz Beisan: Su familia es de la ciudad de Beisan, llamada hoy Beith Shean por lo judíos. Huyó de Palestina a los 8 años de edad. En la actualidad reside en el campo de refugiados de Zarga. Es viuda y su última voluntad es morir en Beisan.

Mohamed de Tulkarem: de 45 años es hijo de una familia de Tulkarem que se dedicaban a la agricultura. El ejército tomó sus tierras en 1967. Tenía solamente 8 años de edad cuando partió al exilio junto a sus padres. Actualmente vive en la indigencia y se dedica a recoger chatarra en los basureros.