MUNDIALEduardo Galeano: El descubrimiento: 12 de Octubre de 1942, América descubre el capitalismoEduardo Galeano
Fuente: Redes Cristianas
14 de Octubre de 2014
12-O tiempo de Diversidad. La wiphala afianza territorios biodiversos
Colón, financiado por los reyes de España y los banqueros de Génova, trajo la novedad al Caribe.
En su diario del Descubrimiento, escribió 139 veces oro y 51 veces Dios o Nuestro Señor. No podía cansar los ojos de ver tanta lindeza en aquellas playas, y el 27 de noviembre profetizó: Tendrá toda la cristiandad negocio en ellas. En eso no se equivocó. Cinco siglos de negocio de la cristiandad,aniquilo la tercera parte de las selvas americanas, está yerma tierra que fue fértil y la mitad de la población come salteado. Los indios, víctimas del más gigantesco despojo de la historia universal, sufren la usurpación de los restos de sus tierras, y siguen condenados a la negación de su identidad diferente.
Se sigue prohibiendo vivir a su modo y manera, se sigue negando el derecho de ser. Al principio, el saqueo y el otrocidio fueron ejecutados en nombre del Dios de los cielos.Hoy se cumplen en nombre del dios del Progreso.Aun asi, en esa identidad prohibida y despreciada fulguran claves de otra América posible. América, ciega de racismo, no las ve.
El 12 de octubre de 1492, Colón escribió en su diario que quería llevarse indios a España para que aprendan a hablar (“que deprendan fablar”). Cinco siglos después, el 12 de octubre de 1989, en una corte de justicia de los Estados Unidos, un indio mixteco fue considerado retardado mental (“mentally retarded”) porque no hablaba bien el castellano. Ladislao Pastrana, mexicano de Oaxaca, bracero ilegal en campos de California, iba a ser encerrado de por vida en un asilo público. No se entendía con la intérprete española y el psicólogo diagnosticó un claro déficit intelectual. Finalmente, los antropólogos aclararon la situación: Pastrana se expresaba perfectamente en su lengua, la lengua mixteca, que hablan los indios herederos de una alta cultura que tiene más de dos mil años de antigüedad.
El Paraguay habla guaraní. Un caso único en la historia universal: lengua indigena, lengua de los vencidos, es el idioma nacional unánime.Aun asi, la mayoría paraguaya opina, que quienes no entienden español son como animales.
Cada dos peruanos, uno es indio, En la Constitución de Perú el quechua es tan oficial como el español. Mas la realidad no lo oye. El Perú trata al indio como África del Sur trata al negro. El español es el único idioma que se enseña en las escuelas .. el que entienden los jueces , los policías y los funcionarios. (El español no es el único idioma de la televisión, porque esta también habla inglés.) Hace cinco años, el Registro Civil de las Personas, en Buenos Aires, se nego a inscribir el nacimiento de un niño. Los padres, indígenas de la provincia de Jujuy, querían llamarlo Qori Wamancha, un nombre de su lengua.No fue aceptado por ser nombre extranjero.
Los indios de América viven exiliados en su propia tierra. El lenguaje no es una señal de identidad, es una marca de maldición. No los distingue: los delata. Cuando un indio renuncia a su lengua, entra a civilizarse. ¿A civilizarse o a suicidarse?
Cuando niño, en las escuelas del Uruguay nos enseñaban que el país se había salvado del problema indígena por los generales que en el siglo pasado exterminaron a los últimos charrúas.El problema indígena: los primeros americanos, los verdaderos descubridores de América, son un problema.Para que este deje de ser un problema, es preciso que los indios dejen de ser indios. Borrarlos del mapa o borrarles el alma, aniquilarlos o asimilarlos: el genocidio o el otrocidio.
En diciembre de 1976, el ministro del Interior del Brasil anunció, triunfal, que el problema indígena quedará resuelto al final del siglo veinte: todos los indios estarán, para entonces,integrados a la sociedad brasileña, ya no serán indios. El ministro dijo que el organismo destinado a su protección (FUNAI, Fundacao Nacional do Indio) se encargará de civilizarlos, o sea: se encargará de desaparecerlos. Las balas, la dinamita, las ofrendas de comida envenenada, la contaminación de rios, la devastación de bosques y la difusión de virus y bacterias desconocido por los indios, han seguido la invasión de la Amazonia por las empresas ansiosas de minerales y madera y todo lo demás.La larga y feroz embestida no ha bastado. Domesticar los sobrevivientes, rescatarlos de la barbarie, es también imprescindible para despejar de obstáculos el camino de la conquista.Matar al indio y salvar al hombre, aconsejaba el piadoso coronel norteamericano Henry Pratt. Y muchos años después, el peruano Vargas Llosa explica que no hay más remedio que modernizar al indio, aunque haya que sacrificar su cultura, para salvarlo del hambre y la miseria.
La salvación condena a los indios a trabajar de sol a sol en minas y plantaciones, por jornales que no alcanzan para comprar una lata de comida para perros. Salvar a los indios también consiste en romper sus refugios comunitarios y arrojarlos a las canteras de mano de obra barata en la violenta intemperie de las ciudades, donde cambian de lengua, de nombre y de vestido y terminan siendo mendigos , borrachos y putas de burdel.
Salvar al indio es ponerle uniforme y mandarlos, fusil al hombro, a matar a otros indios o a morir defendiendo al sistema que los niega. Son buena carne de cañón: de los 25 mil indios que EEUU envio a la segunda guerra mundial, murieron 10 mil.
El 16 de diciembre de 1492, Colón lo anuncio en su diario: los indios sirven para les mandar y les hacer trabajar, sembrar y hacer todo lo que fuere menester y que hagan villas y se enseñen a andar vestidos y a nuestras costumbres. Secuestro de los brazos, robo del alma: el nombre de esta operación, en toda América , desde los tiempos coloniales, el verbo reducir. El indio salvado es el indio reducido. Se reduce hasta desaparecer: vaciado de sí, es un no-indio, es nadie.
El chamán de los chamacocos, Paraguay, canta a las estrellas, a las arañas y a la loca Totila, que deambula por los bosques y llora.Canta lo que le cuenta el martín pescador:
-No sufras hambre, no sufras sed. Súbete a mis alas y comeremos peces del río y beberemos el viento.Canta lo que le cuenta la neblina:-Vengo a cortar la helada, para que tu pueblo no sufra frío.Canta lo que le cuentan los caballos del cielo:-Ensíllanos y vamos en busca de la lluvia.
Pero los misioneros evangélicos han obligado al chamán a dejar sus plumas y sus sonajas y sus cánticos, por ser cosas del Diablo; y él ya no puede curar las mordeduras de víboras, ni traer la lluvia en tiempos de sequía, ni volar sobre la tierra para cantar lo que ve. En entrevista con Ticio Escobar, el chamán dice: Dejo de cantar y me enfermo. Mis sueños no saben adónde ir y me atormentan. Estoy viejo, estoy lastimado. Al final, ¿de qué me sirve renegar de lo mío?
El shamán lo dice en 1986. En 1614, el arzobispo de Lima mando quemar las quenas y demas instrumentos de música de los indios, prohibido sus danzas,cantos y ceremonias para que el demonio no pueda continuar ejerciendo sus engaños. Y en 1625, el oidor de la Real Audiencia de Guatemala prohibio las danzas , cantos y ceremonias de los indios, bajo pena de cien azotes, porque en ellas tienen pacto con los demonios.
Para despojar a los indios de su libertad y de sus bienes, se los despoja de sus símbolos de identidad. Se les prohíbe cantar y danzar y soñar a sus dioses, aunque ellos habían sido por sus dioses cantados y danzados y soñados en el lejano día de la Creación. Desde los frailes y funcionarios del reino colonial, hasta los misioneros norteamericanos que hoy proliferan en América Latina, se los crucifica en nombre de Cristo: para salvarlos del infierno, evangelizar a los paganos idólatras. Se usa al Dios de los cristianos como coartada para el saqueo.El arzobispo Desmond Tutu se refiere al África, pero también vale para América:-Vinieron. Ellos tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: “Cierren los ojos y recen”. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la Biblia.
Los doctores del modernismo, en cambio, prefieren la coartada de la ilustración: para salvarlos de las tinieblas, hay que civilizar a los bárbaros ignorantes. Antes y ahora, el racismo convierte al despojo colonial en un acto de justicia. El colonizado es un sub-hombre, capaz de superstición , incapaz de religión, capaz de folclore , incapaz de cultura: el sub-hombre merece trato subhumano, y su valor corresponde al bajo precio de los frutos de su trabajo. El racismo legitima la rapiña colonial y neocolonial, a lo largo de los siglos y de los diversos niveles de humillaciones sucesivas.
América Latina trata a sus indios como las grandes potencias tratan a América Latina.Gabriel René-Moreno fue el más prestigioso historiador boliviano del siglo pasado. Una universidad de Bolivia lleva su nombre en nuestros días. Este prócer de la cultura nacional creía que los indios son asnos, que generan mulos cuando se cruzan con la raza blanca. Él peso el cerebro indígena y el cerebro mestizo. Según su balanza pesaban entre cinco, siete y diez onzas menos que el cerebro de raza blanca, y por tanto los consideraba celularmente incapaces de concebir la libertad republicana.
El peruano Ricardo Palma, contemporáneo y colega de Gabriel René-Moreno, escribió que los indios son una raza abyecta y degenerada. Y el argentino Sarmiento elogiaba así la larga lucha de los araucanos por su libertad: Son indómitos, lo que quiere decir: animales más reacios, menos aptos para la Civilización y la asimilación europea.
El más feroz racismo de la historia latinoamericana se encuentra en las palabras de los intelectuales más célebres de fines del siglo diecinueve y en los actos de los políticos liberales que fundaron el Estado moderno. A veces, ellos eran indios de origen, como Porfirio Díaz, autor de la modernización capitalista de México, que prohibió a los indios caminar por las calles principales y sentarse en las plazas públicas si no cambiaban los calzones de algodón por el pantalón europeo y los huaraches por zapatos.
Eran los tiempos de la articulación al mercado mundial regido por el Imperio Británico, y el desprecio científico por los indios otorgaba impunidad al robo de sus tierras y de sus brazos.
El mercado exigía café, y el café exigía más tierras y más brazos. Entonces, el presidente liberal de Guatemala, Justo Rufino Barrios, hombre de progreso, restablecía el trabajo forzado colonial y regalaba a sus amigos tierras de indios y peones indios en cantidad.
El racismo se expresa con ciega ferocidad en Guatemala, donde los indios siguen siendo porfiada mayoría a pesar de las frecuentes oleadas exterminadoras.
Hoy , no hay mano de obra peor pagada: los indios mayas reciben 65 centavos de dólar por cortar un quintal de café o de algodón o una tonelada de caña. No pueden plantar maíz sin permiso militar y no pueden moverse sin permiso de trabajo. El ejército hace el reclutamiento masivo de brazos para las siembras y cosechas de exportación. En las plantaciones, se usan pesticidas cincuenta veces más tóxicos que el máximo tolerable; la leche de las madres es la más contaminada del mundo occidental. Rigoberta Menchú: su hermano menor, Felipe, y su mejor amiga, María, murieron en la infancia, por los pesticidas rociados desde las avionetas. Felipe murió trabajando en el café. María, en el algodón. A machete y bala, el ejército acabó con el resto de la familia de Rigoberta y con los miembros de su comunidad .Ella sobrevivió para contarlo.
Con alegre impunidad, se reconoce oficialmente como borradas del mapa 440 aldeas indígenas entre 1981 y 1983, a lo largo de una campaña de aniquilación extensa, que asesinó o desapareció a miles de hombres y mujeres. La limpieza de la sierra, de tierra arrasada, cobró también las vidas de una incontable cantidad de niños. Los milicos guatemaltecos tienen la certeza de que el virus de la rebelión se transmite por los genes.
Una raza inferior, condenada al vicio y a la holgazanería, incapaz de orden y progreso, ¿merece mejor suerte? La violencia institucional, el terrorismo de Estado, se ocupa de despejar las dudas. Los conquistadores ya no usan caparazones de hierro, sino uniformes de la guerra de Vietnam. No tienen piel blanca: son mestizos avergonzados de su sangre o indios enrolados a la fuerza y obligados a cometer crímenes que los suicidan. Guatemala desprecia a los indios, Guatemala se autodesprecia.
Esta raza inferior había descubierto la cifra cero, mil años antes de que los matemáticos europeos supieran que existía. Y habían conocido la edad del universo, con asombrosa precisión, mil años antes que nuestros astrónomos.
Los mayas son viajeros del tiempo: ¿Qué es un hombre en el camino? Tiempo.
Ellos ignoraban que el tiempo es dinero, como nos reveló Henry Ford. El tiempo, fundador del espacio, les es sagrado, como su hija, la tierra, y su hijo, el ser humano: como la tierra, como la gente, el tiempo no se puede comprar ni vender. La Civilización hace lo posible por sacarlos del error.
¿Civilización? La historia es la voz que la cuenta. En América, Europa o cualquier otra parte. Lo que para los romanos fue la invasión de los bárbaros, para los alemanes fue la emigración al sur.
No es la voz de los indios la que ha contado, hasta ahora, la historia de América. En vísperas de la conquista española, un profeta maya, boca de los dioses, anuncio: Al terminar la codicia, se desatará la cara, se desatarán las manos, se desatarán los pies del mundo. Y cuando se desate la boca, ¿qué dirá? ¿Qué dirá la otra voz, la jamás escuchada? Desde el punto de vista del vencedor, hasta ahora el punto de vista único, las costumbres de los indios han confirmado su posesión demoníaca o su inferioridad biológica. Así fue desde los primeros tiempos de la vida colonial:Se suicidan los indios de las islas del mar Caribe, por negarse al trabajo esclavo? Porque son holgazanes.¿Andan desnudos, como si todo el cuerpo fuera cara? Porque los salvajes no tienen vergüenza.
¿Ignoran el derecho de propiedad, y comparten todo, y carecen de afán de riqueza? Porque son más parientes del mono que del hombre.
¿Se bañan con sospechosa frecuencia? Porque se parecen a los herejes de la secta de Mahoma, que bien arden en los fuegos de la Inquisición.
¿Jamás golpean a los niños, y los dejan andar libres? Porque son incapaces de castigo ni doctrina.¿Creen en los sueños, y obedecen a sus voces? Por influencia de Satán o por pura estupidez.
¿Comen cuando tienen hambre, y no cuando es hora de comer? Porque son incapaces de dominar sus instintos.
¿Aman cuando sienten deseo? Porque el demonio los induce a repetir el pecado original.¿Es libre la homosexualidad? ¿La virginidad no tiene importancia alguna? Porque viven en la antesala del infierno.
En 1523, el cacique Nicaragua preguntó a los conquistadores:
-Y al rey de ustedes, ¿quién lo eligió?
El cacique había sido elegido por los ancianos de las comunidades. ¿Había sido el rey de Castilla elegido por los ancianos de sus comunidades? La América precolombina era vasta y diversa, y contenía modos de democracia que Europa no supo ver, y que el mundo ignora . Reducir la realidad indígena americana al despotismo de los emperadores incas, o a las prácticas sanguinarias de la dinastía azteca, equivale a reducir la realidad de la Europa renacentista a la tiranía de sus monarcas o a las siniestras ceremonias de la Inquisición.
En la tradición guaraní, por ejemplo, los caciques se eligen en asambleas de hombres y mujeres -y las asambleas los destituyen si no cumplen el mandato colectivo. En la tradición iroquesa, hombres y mujeres gobiernan en pie de igualdad. Los jefes son hombres; pero son las mujeres quienes los ponen y deponen y ellas tienen poder de decisión, desde el Consejo de Matronas, sobre muchos asuntos fundamentales de la confederación entera. Allá por el año 1600, cuando los hombres iroqueses se lanzaron a guerrear por su cuenta, las mujeres hicieron huelga de amores. Y al poco tiempo los hombres, obligados a dormir solos, se sometieron al gobierno compartido.En 1919, el jefe militar de Panamá en las islas de San Blas, anunció su triunfo:
-Las indias kunas ya no vestirán molas, sino vestidos civilizados.Y anunció que las indias nunca se pintarían la nariz sino las mejillas, como debe ser, y que nunca más llevarían aros en la nariz, sino en las orejas. Como debe ser.setenta años después de aquel canto de gallo, las indias kunas siguen luciendo sus aros de oro en la nariz pintada, y vistiendo sus molas, hechas de telas de colores cruzadas con asombrosa capacidad de imaginación y belleza: visten sus molas en la vida y con ella se hunden en la tierra, cuando llega la muerte.
En 1989, en vísperas de la invasión norteamericana, el gral. Manuel Noriega aseguró que Panamá era un país respetuoso de los derechos humanos:-No somos una tribu -aseguró el general.
Las técnicas arcaicas, en manos de las comunidades, habían hecho fértiles los desiertos en la cordillera de los Andes. Las tecnologías modernas, en manos del latifundio privado de exportación, están convirtiendo en desiertos las tierras fértiles en los Andes.Seria absurdo retroceder cinco siglos en las técnicas de producción; no menos absurdo es ignorar la catástrofe de un sistema que exprime a los hombres , arrasa los bosques , viola la tierra y envenena los ríos para arrancar la mayor ganancia en el plazo menos. ¿No es absurdo sacrificar a la naturaleza y a la gente en los altares del mercado internacional? En ese absurdo vivimos; y lo aceptamos como si fuera nuestro único destino posible.
Las llamadas culturas primitivas son todavía peligrosas porque no han perdido el sentido común. que es también, por extensión natural, sentido comunitarios. Si pertenece a todos el aire, ¿por qué ha de tener dueño la tierra? Si de la tierra venimos, y hacia la tierra vamos, ¿acaso no nos mata cualquier crimen contra la tierra? La tierra es cuna y sepultura, madre y compañera. Se le ofrece el primer trago y el primer bocado; se le da descanso, se la protege de la erosión.
El sistema desprecia lo que ignora, porque ignora lo que teme conocer. El racismo es una máscara del miedo.
¿Qué sabemos de las culturas indígenas? Lo que nos han contado las películas del Fas West. Y de las culturas africanas, ¿qué sabemos? Lo que nos ha contado el profesor Tarzán, que nunca estuvo.
Dice un poeta del interior de Bahía: Primero me robaron del África. Después robaron el África de mí.
La memoria de América fue mutilada por el racismo. Seguimos actuando como hijos de Europa, y de nadie más.
En el siglo pasado, un médico inglés, John Down, identificó el síndrome que hoy lleva su nombre. Él creyó que la alteración de los cromosomas implicaba un regreso a las razas inferiores, que generaba mongolian idiots, negroid idiots y aztec idiots.Tambien , un médico italiano, Cesare Lombroso, atribuyó al criminal los rasgos físicos de negros y de indios.
Asi, cobró base científica la sospecha de que los indios y los negros son proclives al crimen y a la debilidad mental. Los indios y los negros, tradicionales instrumentos de trabajo, vienen siendo también desde entonces, objetos de ciencia.En la misma época de Lombroso y Down, un médico brasileño, Raimundo Nina Rodrigues, estudio el problema negro.Mulato, llegó a la conclusión de que la mezcla de sangres perpetúa los caracteres de las razas inferiores, y que por tanto la raza negra en el Brasil ha de constituir siempre uno de los factores de nuestra inferioridad como pueblo. Este psiquiatra fue el primer investigador de la cultura brasileña de origen africano. La estudió como caso clínico: las religiones negras, como patología; los trances, como manifestaciones de histeria.
Después, un médico argentino, el socialista José Ingenieros, escribió que los negros, oprobiosa escoria de la raza humana, están más próximos de los monos antropoides que de los blancos civilizados.Para demostrar su inferioridad, Ingenieros comprobaba: Los negros no tienen ideas religiosas.
Las religiones habían atravesado la mar, junto a los esclavos, en los navíos negreros. Una prueba de obstinación de la dignidad humana: a las costas americanas solamente llegaron los dioses del amor y de la guerra. En cambio, los dioses de la fecundidad, que hubieran multiplicado las cosechas y los esclavos del amo, se cayeron al agua.
Los dioses peleones y enamorados que completaron la travesía, tuvieron que disfrazarse de santos blancos, para sobrevivir y ayudar a sobrevivir a los millones violentamente arrancados del África y vendidos como cosas. Ogum, dios del hierro, se hizo pasar por san Jorge o san Antonio o san Miguel, Shangó, con sus truenos y sus fuegos, se convirtió en santa Bárbara. Obatalá fue Jesucristo y Oshún, la divinidad de las agus dulces, la Virgen de la Candelaria…
Dioses prohibidos. En las colonias españolas y portuguesas y en todas ls demás: en las islas inglesas del Caribe, después de la abolición de la esclavitud se siguió prohibiendo tocar tambores o sonar vientos al modo africano, y se penaba con cárcel la tenencia de una imagen de cualquier dios africano. Prohibidos, porque peligrosamente exaltan las pasiones humanas, y en ellas encarnan. Nietzsche dijo :
-Yo sólo podría creer en un dios que sepa danzar.
Como José Ingenieros, Nietzsche no conocía a los dioses africanos. De hacerlo, quizá hubiera creído en ellos. Y quizá hubiera cambiado algunas de sus ideas. José Ingenieros, quién sabe.
La piel oscura delata incorregibles defectos de fábrica. Así, la desigualdad social, que es también racial, encuentra su coartada en las taras hereditarias. Lo observo Humboldt hace doscientos años, y en América sigue así: la pirámide de clases sociales es oscura en la base y clara en la cúspide. En Brasil, la democracia racial consiste en que los más blancos están arriba y los más negros abajo. James Baldwin, sobre los negros en Estados Unidos:-Cuando dejamos Mississipi y vinimos al Norte, no encontramos la libertad. Encontramos los peores lugares en el mercado de trabajo; y en ellos estamos todavía.
Un indio del Norte argentino, Asunción Ontíveros Yulquila, evoca hoy el trauma que marcó su infancia:
-Los buenos y lindos eran los que se parecían a Jesús y a la Virgen.Pero mi padre y mi madre no se parecían para nada a las imágenes que yo veía en la iglesia de Abra Pampa.
La cara propia es un error de la naturaleza. La cultura propia, una prueba de ignorancia o una culpa que expiar. Civilizar es corregir.
El fatalismo biológico, estigma de las razas inferiores condenadas a la indolencia , la violencia y la miseria, no sólo impide ver las causas reales de nuestra desventura histórica. Además, el racismo impide reconocer, valores fundamentales que las culturas despreciadas han perpetuado y que ellas encarnan todavía, mal que bien, a pesar de los siglos de persecución, humillación y degradación.Valores fundamentales que no son objetos de museo. Son factores de historia, para la imprescindible invención de una América sin mandones ni mandados. Esos valores acusan al sistema que los niega.
El sacerdote español Ignacio Ellacuría me dijo que le resultaba absurdo eso del Descubrimiento de América. El opresor es incapaz de descubrir, me dijo:-Es el oprimido el que descubre al opresor.
Creía que el opresor ni siquiera puede descubrirse a sí mismo. La realidad del opresor sólo se ve desde el oprimido.
Ignacio Ellacuría fue muerto a tiros, por creer en esa imperdonable capacidad de revelación y por compartir los riesgos de la fe en su poder de profecía.
¿Lo asesinaron los militares de El Salvador, o lo asesinó un sistema que no puede tolerar la mirada que lo delata?
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