MUNDIALEl Papa Francisco dice verdades que molestanRoberto Torres Collazo
Editor del colectivo de Latinas Y Latinos Por El Cambio Social, eeuu.
Desde que el Hermano Francisco comenzó su pontificado ha sido piedra de escándalo para los sectores ultraconsevadores. Sus críticos se han fortalecido especialmente a unos días despues de la publicación de su Exhortación Apostólica “El Evangelio de la Alegría” al mundo y a la Iglesia.
En Perú varios sacerdotes y monjas han sido acosados por obispos por predicar en la linea del Hermano Francisco. En EEUU el comentarista ultraderechista Rush Limbaugh, quien es adoradoro por grupos cristianos extremistas y quien califican al Papa Francisco de marxista (es decir, comunista) por hacer parte integrante de sus discursos la condena contra la idolatría del dinero, por repudiar una economía mundial que prima lo económico sobre el ser humano. El analista financiero Xavier Serbia de CNN criticó al Papa diciendo que el “La vida con el libre mercado es difícil, pero sin el sería imposible”. Es decir, fuera del mercado no hay salvación.
El máximo líder de la Iglesia Católica, inspirado en el Evangelio y en la realidad que viven millones en el mundo, sostiene que la economía tiene que estar al servicio del ser humano, no el ser humano al servicio de la economía. Ha tachado el capitalismo de una “nueva tiranía” y ha declarado que “no puede ser que no sea noticia que muera un anciano de frio en la calle y que lo sea una caída de dos puntos en la Bolsa de Valores”.
En su documento insta a los líderes mundiales a intensificar sus esfuerzos contra la pobreza y la creciente desigualdad económica y exige que las personas más adineradas compartan sus riquezas con los más necesitados. Es más, critica el asistencialismo, cuando declara en su Exhortación Apostólica que: “Los planes asistenciales,que atienden ciertas urgencias,solo deberían pensarse como respuestas pasajeras. Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres”. El papa no predica solamente de palabra, sino que practica lo que predica. Vive en la casa Santa Marta, no en el palacio del Vaticano. Un modesto edificio donde viven los empleados del Vaticano. Suspendió un obispo que se gastó millones en su palacio episcopal. Prefiere llevar su maletin el mismo, conduce un auto sencillo y se comenta que aveces en las noches se va a compartir con los pobres en Roma.
Quiere cambiar los manejos financieros en Vaticano, para hecerlo transparente, quiere una Iglesia en el mundo, cerca de la gente, abierta, que camine con los pueblos. Reconoce que hay constumbres en la Iglesia que en un tiempo funcionaron, pero hoy no funcionan. Exhorta a los Católicos a que siempre esten alegres y no tengan cara de funeral. No está de acuerdo con los que hacen de la fe un asunto individualista, cuando señala la “auténtica fe siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo”.
Las denuncias que hace contra el capitalismo, no significa que el papa quiera un comunismo. No es la misión de la Iglesia proponer sistemas políticos o económicos. Puede orientar y animar a los cristianos a ver la realidad a la luz de los valores cristianos para que seamos más fieles a Jesús de Nazaret. La política que hace Francisco, es la política del bien común, como la definió el documento de Puebla en el 1979. No es el de la política partidista. El Papa critica el capitalismo, porque es el sistema económico que predomina en el mundo.
El Hermano Francisco, recoje en sus prédicas también lo mejor de las encíclicas sociales que ha difundido el magisterio a partir de la Rerum Novarum (1891) del Papa León XIII considerada la Carta Magna de los temas sociales. Las declaraciones de papa no son nuevas, pero Francisco las presenta como parte importante de sus discursos respondiendo a las necesidades y aspiraciones del mundo actual.
Sus declaraciones incomodan o molestan porque hay sectores religiosos que se apegan a las tradiciones, costumbres y enseñanzas arcaicas. Porque hay políticos que anteponen su poder, riquezas y privilegios. Hay quienes se oponen porque en el fondo tienen miedo a los cambios. Por todo esto el Papa Francisco molesta.
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