MUNDIALEsperanza en tiempos de crisisPor Roberto Torres Collazo
Editor del Colectivo Cambio Social
7 de diciembre de 2023
Los signos de esperanza no siempre son evidentes. Quizá debido a las realidades sangrientas, dolorosas, llenas de sufrimientos que tal vez experimentamos y observamos diariamente en la sociedad y en el mundo. También se disfraza de optimismo superfial, ciego activismo, se esconde detrás de una fachada piadosa o una esperanza pasiva.
Paulo Freire, fue uno de los grandes educadores del mundo, enseñó que la esperanza es una dimensión fundamental de nuestras vidas. Es una obra inacabada. Es una dimensión que nos pone en camino, nos moviliza y nos otorga alegría. Por el contrario, esperanza pasiva nos hace indiferentes, nos inmoviliza, puede hacerrnos sentir que la vida no vale la pena vivir. Nos puede a llevar creer que resulta inútil luchar por una sociedad y mundo mejor porque nada supuestamente cambia.
El difundo arzobispo anglicano y Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu y el máximo líder espiritual budista Dalai Lama nos dicen que la esperanza es un antídoto contra la desesperanza para encontrar caminos. Jesús de Nazaret, Dorothy Stang, Lolita Lebrón, Mahatma Gandhi, Oscar Arnulfo Romero, Nelson Mandela, Malcom X y tantos otros famosos y anónimos fueron grandes ejemplos de esperanza. Si no hubiesen tenido esperanza en la humanidad y en sus pueblos no hubiesen abierto caminos de cambio hacia un futuro mejor.
Los seres humanos necesitamos cultivar y contagiar la esperanza. Necesitamos esperanza porque nos otorga fuerzas cada mañana para levantantarnos, nos anima a enfrentar los problemas personales y trabajar por uma sociedad y mundo mejor para todos y todas. Para no ahogarnos en el pesimismo. El papa Francisco anota algo no debemos olvidar nunca, dice, “Los seres humanos, capaces de tocar fondo de degradación, puede también superar, volver a escoger o bien regenerarse ante cualquier condicionamento psicológico y social que le sea impuesto” #205. También en el plano global hay muchas personas de buena voluntad, iglesias, religiones, organizaciones, asociaciones que pese los conflictos, adversidades, incluso a riesgo de sus propias vidas, luchan por un mundo de justicia ecológica y el respeto de los derechos humanos.
La esperanza por sí misma no transforma el mundo, si no la acción esperanzadora. Esperanza encarnada en la vida. Flaco servicio hacemos cruzandonos de brazos, no trabajarla y no compartirla, es una esperanza esteril. Que no da frutos. Para los cristianos y cristianas Jesús es nuestra esperanza, Colosenses 1,27. La sabiduría popular dice lo último que muere es la fe, lo mismo podemos decir de la esperanza. Ser una persona de esperanza en tiempos crisis es difícil, de aquí que puede ser una buena oportunidad pedir en esta Navidad al niño Jesús judío-palestino los dones de la esperanza y la paz con justicia ¡que tanto el mundo necesita!. Y muy importante, cuando ponemos manos a la obra, estimula a otros a ponerse en el camino de la esperanza, que no es una meta, sino un camino. Todos y todas la necesitamos cultivar y contagiar la esperanza, porque otro mundo es posible aún en tiempos de crisis.
¡Muchas Felicidades, Paz y Alegría a todas y todos los lectores!.
Referencias
Abrams, D. (2017). Contentamento; o segredo para a felicidade plena e duradera. Editorial Pricipium: Brasil.
De Aquino Junior, F. (Setembro, 2021). Esperanca contra toda desesperanca. Portal: Instituto Humanitas Unisinos-Adital, Brasil.
Freire, P. (1992). Pedagogía de la esperanza. Editorial Siglo XXI: Costa Rica.
Kasper, W. (2019). La alegría del cristiano. Editorial Sal Terrae: España.
Papa Francisco. (2015). Laudato Si. Encíclica.
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