Compasión

Por Roberto Torres Collazo
Editor del colectivo Cambio Social, EE.UU
23 de febrero de 2022

Es frecuente asociar la compasión con debilidad, dar unas monedas a un pobre, un sentimiento de lástima individualista, paternalista, ajena a los grandes problemas en el mundo. En este escrito seguiremos de cerca a Juan José Tamayo, quien nos dice que compasión es ponerse en lugar de las otras y otros sufrientes, en una relación de igualdad, asumir el dolor de las otras personas, sufrir con los otros. Es mucho más que empatía. Es sentir con-pasión, sentir con las entrañas.

Para practicar públicamente la compasión se hace imperativo identificar los sistemas de dominación que son obstáculos a la práctica de la compasión. Algunos de ellos son: el racismo que ve a otros como seres inferiores, la depredación de la Madre Tierra convertida en mercancía, el capitalismo neoliberal que concentra las riquezas en manos de unos pocos a costa de las mayorías. La corrupción gubernamental o de la empresa privada que le roba los pueblos, los fundamentalismos religiosos, militares, científicos, ideológicos, económicos, culturales que tanto daño hacen a la humanidad y la naturaleza. El patriarcado genera el machismo, sexismo e induce femenicidios, abusos físicos o psicológicos de las mujeres y genera relaciones de poder asimétricos. La homofobia que promueve el odio y somete a la exclusión. El colonialismo y neocolonialismo que denigran naciones y saquea los recursos naturales de los pueblos crucificados. Las guerras que toleran los daños colaterales de mujeres, niños, ancianos, animales, la destrucción escuelas, hospitales y del medio ambiente.

Se propone las siguientes manifestaciones de la compasión que pueden ser legalizar las y los migrantes y refugiados indocumentados, también reconoce, promueve sus derechos civiles, humanos, los acoge y los defiende. Frente a los trabajos informales, que en Latinoamérica y el Caribe constituyen el 70 por ciento, como ha propuesto el papa Francisco, aboga por un salario universal digno. Impulsa leyes o refuerza las existentes para que protejan las mujeres, la compasión rechaza el patriarcado religioso que tanto daño le hace a las mujeres. Toma posición contra colonialismo y neocolonialismo que tanto humilla los pueblos y produce pobreza. Promueve el cuidado y protección de la Madre Tierra y sus bondades. La compasión respeta y defiende la dignidad humana de la comunidad LGTBQI y se opone a las guerras porque actualmente no hay guerras justas. Como anota Sergio Centofanti: “Hoy el poder destructivo de las armas puede convertirse en un suicidio de la humanidad”. Recordemos el enorme poder destructor de las armas nucleares. Las guerras son un obstáculo para la compasión.

Basta ojear los evangelios para observar que la vida de Jesús se caracterizó por la compasión curando, aliviando, consolando y denunciando todo aquello que produce dolores, sufrimientos y muertes. La compasión por excelencia es la virtud proclamada por Jesús en su carta magna en el Sermón de la Montaña: “Felices los compasivos, porque obtendrán compasión” , la persona compasiva, es feliz. Mateo 5,7, también “Sean compasivos como es compasivo el Padre de ustedes” Lucas 6,36. La compasión no está libre de conflictos, como el Maestro Jesús en su práctica radical no estuvo libre de conflictos e incomprensiones. Las autoridades se rieron en su cara, le hicieron preguntas capciosas, lo criticaron, lo llamaron loco, comilón y borrachón, endemoniado y agitador.

Es claro que la compasión es una virtud pública, no individualista, paternalista, o acto meramente caritativo. Tal vez el libro de Proverbios 31,8 es el que mejor resume la compasión: “Habla por el que no puede hablar y defiende la causa del desvalido. Habla para juzgar con justicia y defiende la causa del pobre” . La humanidad necesita que se practique más la compasión y justicia que practican y practicaron Jesús de Nazaret, el puertorriqueño mons. Antulio Parrilla Bonilla, Mahatma Gandhi, Martin L. King jr, Simone Weil, Berta Cáceres, san Oscar Romero, Dietrich Bonhoeffer, Dorothy Stang, conocida como el Ángel de la Selva, el arzobispo anglicano Desmond Tutu, Dalai Lama, padre Julio Lancellotti, Ita Ford, Maura Clarke, Jean Donova misioneras asesinadas en El Salvador, Rigoberta Menchú, el papa Francisco y muchos otros modelos. Como dice el monje vietnamita Thich Nhat Hanh: “La compasión es un verbo”, es decir, no es una palabra, es acción.


Referencia

Antonio Pagola, J. (2010). Jesús: aproximación histórica. Editorial: Editorial Claretiana. Argentina.

Centofanti, S. (2022, Febrero). Ninguna guerra es justa. Lo único es la paz. Portal: Reflexión y Liberación.

José Tamayo, J. (2021). La compasión en un mundo injusto. Editorial: Fragmenta Ediorial: España.