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MUNDIAL

La teología de la liberación disuelve la disputa entre el mensaje cristiano y marxista

Caracas, 3 Oct (ABN).-
Aporrea, Venezuela

Por Martín Zapata
Rector de la Universidad Católica Santa Rosa.

La teología es un tema que influye en las configuraciones de tipo político o ideológico, con las que se piensa a la sociedad, de acuerdo con lo expresado por el rector de la Universidad Católica Santa Rosa, Martín Zapata, en la VII Cumbre Social por la Unión Latinoamericana y Caribeña de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba).

“La teología jamás ha estado alejada de las concepciones sociales o de las mismas concepciones económicas que han movido el desarrollo de la humanidad”, afirmó el rector en su ponencia de la Cumbre Social.

Zapata explicó que si el hombre es la imagen y semejanza de Dios, máxima expresión de la creación, en términos bíblicos y de fe, la teología tiene mucho que decir cuando el “hombre es objeto del abuso, es objeto de la explotación y de la muerte, porque la creación está llamada a dar vida”.

“Una teología que no tenga nada que decir en términos de una configuración política, sería una teología que no nos toca, porque es la relación de la vida, de nuestras esperanzas, nuestras angustias, de nuestras motivaciones fundamentales, donde se expresa la relación con Dios”, apuntó.

El doctor en Teología Martín Zapata invitó a pensar en el significado de Jesucristo como encarnación del “verbo, la palabra hecha hombre”, con el que se da un reconocimiento a la materia. “Es por la materia que conocemos la revelación y la voluntad de Dios, es por la encarnación del hijo de Dios que se nos devela el orden de la historia, en términos cristianos”.

Si aceptamos esto, quedaría disuelta la disputa entre el mensaje cristiano y el marxismo, por su visión materialista de la historia.

“La materia es vida, donde se explicita el conocimiento, y donde se dan las realidades objetivas para conocer la historia, y es allí, en la materia, que conocemos las intencionalidades, porque sin la materia, que lo expresa en historia, en concreción, no habría posibilidad de hacer una reflexión sobre nada, porque no podemos reflexionar sobre aquello que no se materializa”, explicó.

El rector de la Universidad Católica Santa Rosa, prefirió hablar de teología latinoamericana de la Liberación, “porque abarca un pensamiento genuino, porque es un pensamiento que nació de la realidad cultural, partió de un proceso de independencia intelectual, de madurez del conocimiento y se presentó como originario”.

Resaltó que esta teología quiere salir del ámbito intimista, y dejar atrás la visión pietista, encasillada en los actos de piedad, sin entender que no se realiza nada sin un proceso personal, sin que lo materialicemos con nuestras fuerzas, luchas, discernimiento y conciencia. A partir de ello “esta teología genera un enfrentamiento con los poderes establecidos, y de las oligarquías”, dijo.

Resaltó que las oligarquías comenzaron a temer por esa reflexión y observaron con mucho cuidado lo que sucedía en América Latina, porque hasta los años 60 las redes sociales estaban desarticuladas y esta teología vino a articular el pensamiento, pero también a los movimientos sociales, económicos y culturales con acciones políticas.

“La Teología Latinoamericana de la Liberación logró lo que la izquierda no había podido lograr”, afirmó Martín Zapata, porque se “convirtió en una corriente de tipo política”, pues invitaba a los grupos sociales “a organizarse y estructurarse de manera distinta frente al grado de explotación que se estaba viviendo en esta tierra”.

“La teología de la liberación es una interpretación de la fe cristiana a través del sufrimiento, de la búsqueda y esperanza de los pobres; una crítica de la sociedad y de la ideología dominadora, explotadora que a través de unas superestructuras como medios de comunicación, iglesia o educación, controlan y forman la conciencia del hombre”, agregó.

“Lo que la teología propone es una emancipación humana, cuyo punto de partida deben ser los explotados, la pobreza, la periferia. Invita a crear un enfrentamiento contra un proceso deshumanizante”, acotó.