MUNDIALLa importancia de la esperanzaPor Roberto Torres Collazo
Editor del colectivo Cambio Social, EE.UU
12 de diciembre de 2019
Soldado ataca sus colegas, 32 inmigrantes encontrados muertos en el contenedor de un camión, golpe de Estado deja 30 muertos y miles de heridos, funcionario público acusado de corrupción, torturados por parte de la policía, guerras, masacres, hambruna, desaparición de especies de animales, las desigualdades, estas y otras noticias abundan en la prensa.
Frente a esas realidades es relativamente fácil caer en la depresión. Y la depresión puede llevarnos a la impotencia de cambiar esas realidades, a la indiferencia o llevarnos como el avestruz a esconder la cabeza en la tierra. Sin embargo, hay sociólogos y psicólogos que demuestran la importancia de trabajar la esperanza en medios de las circunstancias sangrantes que nos rodean. Esperanza no es un ingenuo positivismo. No es una actitud de espera pasiva.
Víctor Frankl, el padre de la Logoterapia, el autor del “Hombre en Busca del Sentido”, quien fue un sobreviviente de los campos de concentración nazi, destaca en su teoría que las personas que pudieron sobrevivir al genocidio se debió en gran parte a que tenían fuertes razones para vivir: sus esposas, sus hijos, sus nietas, su sueños o metas las tenían muy presente en su conciencia. De acuerdo a Frankl, estas razones le daban fuerzas para luchar por sus vidas. Nunca perdieron la esperanza.
La pediatra Smita Malhotra, (Mindfulness.blog, 14/9/2018), identifica cinco características de una persona altamente esperanzada. Es probable que se gradué de escuela superior o universidad, tienden a generar más ideas de calidad. Prestan más atención a aquellas cosas que realmente importan y tienen un profundo propósito de vida. Evitan compararse con los demás, porque saben que sus logros depende de ellos o ellas mismas. Los problemas son visto como una oportunidad para mejorar o cambiar. Tienen un gran sentido del humor y añadimos, son capaces de reírse hasta de ellos mismos.
El Dr. Shane López, en su libro “Making Hope Happen” (2013) [Haciendo que la esperanza ocurra]] anota que la esperanza es muy importante, porque está correlacionada con la salud y la longevidad. Es decir, las personas que suelen tener mucha esperanza, tienden a tener mejor salud y a vivir más. Sugiere también que una de las maneras eficaces de trabajar la esperanza es rodearse de gente esperanzadora, aprender de personas que han sobrevivido exitosamente a un trauma, leer libros sobre el tópico. Nosotros recomendamos leer biografías de grandes hombres y mujeres que han impactado la historia. Pese a ser criticados de ser soñadores, idealistas, utópicos, locos, Mahatma Gandhi, Lolita Lebrón, Martin L. King, Florinda Soriano Muñoz (Mamá Tingó), san monseñor Oscar Romero, Dietrich Bonhoeffer, Jesús de Nazaret, entre muchos otros, fueron personas de un gran sentido de una esperanza militante. La esperanza se cultiva en el presente. Te exhorto a que consideres el siguiente cuento:
Una vez iba caminando el Maestro con sus discípulos y discípulas. El iba al frente. De momento se encontraron un perro negro hinchado, putrefacto, a punto de explotar. Su cuerpo tenía moscas por donde quiera. Emitía un olor insoportable. Era una escena fea. El Maestro se detuvo, se puso a su lado en cuclillas, lo miraba fijamente y sus seguidores, tapándose las narices con su vestimenta y evitando la cercanía, dijeron: “¡¡Maestro!!, es que no te das cuenta que está a punto de explotar”. El les respondió: “Es cierto, se ve también bien feo, pero todavía tiene los dientes blancos”.
La esperanza se trabaja en el presente con vista a tener un futuro mejor, no sólo como individuos, también colectivamente. No olvidemos las sabias palabras del gran escritor uruguayo Eduardo Galeano, que después de visitar a un gran número de jóvenes en la Plaza del Sol, Madrid, que protestaban contra el sistema financiero internacional declaró: “Este mundo está preñado de otro mundo por nacer”.
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