Reflexión Sobre Puerto Rico en la Calle

Por Roberto Torres Collazo

Puerto Rico es una colonia de los Estados Unidos desde 1898. Su dimensión es 100 x 45 millas cuadradas, y la isla está situada en el Caribe, con una población de 3.1 millones de habitantes.

Después de 12 días consecutivos de masivas protestas en las calles, campañas de redes sociales, cacerolazos en los pueblos, bicicletadas, manifestaciones frente al palacio de las leyes y la casa de gobernación, renunció el 23 de julio el gobernador Ricardo Roselló.

Su renuncia ocurrió debido a sus políticas neoliberales, privatizaciones, corrupción, enormes recortes de fondos en salud y educación, pensiones bajas, la imposición de los EE.UU. de una junta de control fiscal para resolver la crisis económica con una deuda de más de 72 mil millones

Las explosivas manifestaciones surgieron cuando la agencia de periodismo investigativo de Puerto Rico descubrió un chat privado donde el gobernador, con algunos de sus asociados y amigos se burlaron de los homosexuales, llamaron puta a una mujer, y ridiculizaron a sus opositores y el pueblo.

Nos preguntamos, ¿qué significa el triunfo de los puertorriqueños y puertorriqueñas de sacar al gobernador? ¿Qué signos nos muestran las manifestaciones del pueblo? ¿Qué papel juegan en todo esto los movimientos sociales e independentistas?

Este logro histórico muestra que no todo está perdido en Puerto Rico. Es un logro que nos supera. Pero, es también un tanto dificil de explicar, ya que Puerto Rico ha sido dividido y fragmentado por la clase dominante local y el imperio desde hace 121 años.

Aun así, parece que el pueblo realmente pudo superar el "divide y vencerás." Se superó ideologías, credos, partidos y creencias. La mayoría del pueblo se unió. Sus demandas nos dicen que queremos ser libres del despotismo de la corrupción, de la mala administración, de las políticas neoliberales, del abuso.

Queremos otro Puerto Rico. Un Puerto Rico donde se respete la dignidad humana, donde haya una democracia participativa y no meramente representativa.

En medio de esos signos de esperanza, ¿qué papel juegan los movimientos sociales e independentistas para lograr la independencia política? Las experiencias históricas de represión política de los gobiernos con la ayuda del imperio, los actos heroícos de heroinas y héroes como Albizu Campos, Don Juan Antonio Corretger, Lolita Lebrón, cientos de anónimos, las masivas protestas universitarias, huelgas de los trabajadores, luchas desde la Telefónica, la lucha por Vieques y ahora la renuncia del gobernador, pueden acicatar la acción hacia la lucha por la libertad. Al fin, este salto cualitativo de la lucha dependerá en gran parte de los movimientos sociales y de los independentistas.