MUNDIALElecciones en Brasil: ¿Continuísmo o alternativa?
Por Roberto Torres Collazo
Editor de Cambio Social, EE.UU
25 de septiembre de 2018
El próximo 7 de Octubre tendrá lugar las elecciones presidenciales en el gigante sudamericano: Brasil, un país de 210 millones de habitantes y de gran impacto en la región. Donde está en juego el continuísmo o la alternativa a un nuevo Brasil.
El continuísmo o más de lo mismo se ha caracterizado bajo el gobierno actual de Michel Temer, del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) por su implementación de programas antipopulares, los ataques a los pobres de las favelas, la persecusión y criminalización de los actores progresistas, el abandono del arte y la cultura, la corrupción, el debilitamiento de la democracia, la influencia del el fundamentalismo de algunos sectores religiosos. El continuísmo ha hecho muy poco sobre las políticas medio ambientales, ha fortalecido la privatización de los bienes públicos y ha aplicado nefastas políticas neoliberales. Temer llegó al poder mediante un Golpe de Estado institucional en abril del 2016, donde el Congreso votó por la demisión de la entonces Presidenta Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT).
Para estas próximas elecciones la alternativa estaba en el expresidente Luiz Inácio “Lula” da Silva, del PT. Quien fué apresado este año por presunta corrupción, en realidad fué un caso prefabricado para sacarlo de la contienda, ya que todas las encuestas le daban en promedio un 30% de intensión de voto aún estando encarcelado. El Tribunal Supremo le denegó su candidatura y en su lugar Lula postuló a su sustituto Fernando Haddad exalcalde de Sao Paulo y exministro de Educación. De acuerdo a Datafolha 20/9/2018 Haddad tiene el 16% y el ultraderechista Jair Bolsonaro tiene 28% en las intensiones de voto y Telesur 22/9/2018 situa a Haddad en un 22 %. Lo que podría llevar a una segunda vuelta a Haddad y Bolsonaro. Infobae 22/9/2018 ubica a los otros candidatos Ciro Gomes 13% (PDT), Geraldo Alckmin 9% (PSDB) y Marina Silva 7% (REDE).
Bolsonaro, del Partido Social Liberal (PSL) es de la misma calaña de Temer. Es un excapitan de las fuerzas armadas, que apoyó la dictadura brasileña de 1964 a 1985. Es abiertamente misógeno, homofóbico, racista y antiindígena. ¡Cualquier parecido con el emperador Donald Trump es pura considencia!. Es Católico ultraconservador, cuando Bolsonaro votó en la Asamblea Nacional para la destitución de Rousseff dedicó su voto a los militares dirigentes de la cárcel donde Rousseff fué torturada y estuvo encarcelada por combatir la dictadura.
Durante los mandatos de Lula y Rousseff 30 millones de pobres salieron de la pobreza, la miseria disminuyó y el salario mínimo subió varias veces. Se crearon mecanismos de ayuda a los pobres como la “Bolsa Familia” donde se beneficiaron 52 millones de personas, se crearon universidades para los negros, los pequeños negocios crecieron. Brasil fué la quinta economía del mundo, pagaron la deuda nacional, se asignaron millones para el arte y la cultura, se amplió el acceso de la población a la vivienda, la salud llegó a los lugares mas apartados del país gracias en parte a la ayuda de los médicos cubanos. Contribuyó significativamente junto a los pasados presidentes de Ecuador, Venezuela y Bolivia con el actual Presidente Evo Morales a la configuración de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR).
Por otro lado, en las calles de Brasil hoy escuchamos a menudo decir: “Yo no voy a votar porque todos son unos corruptos” Supongamos que se sacaran todos los políticos corruptos de Brasil, ¿Se acabarían o disminuirían los graves problemas?. Creemos que no. Tal vez se puede al menos dismunir la corrupción, pero los grandes problemas del país continuarían. ¿Por qué?. Porque es necesario cambiar la política económica, que permite actualmente que el dinero público sea usado unicamente para favorecer a las élites, nunca al pueblo. Se hace imperativo abogar por un gobierno para y de las mayorías y no para los ricos y multinacionales. Patricia Pelatiere, coordinadora de investigaciones y tecnología del Departamento Intersindical de Estadísticas y Estudios Socioeconómicos apunta que en el 2017 los bancos rompieron record en ganancias, alcanzando los $1.7 billones mientras al mismo tiempo más 1.5 millones de basileños fueron arrojados a la extrema pobreza bajo el gobierno de Temer. Y es muy posible que si gana el continuísmo sea peor para los pobres.
De ganar el PT no se pueden cometer los errores del pasado, donde faltó una politización de las masas que le preparara para los momentos difíciles, no se puede hacer alianzas con los super ricos para tener a todo el mundo contento ni distanciarse de los movimientos populares, se tiene que consultar permanentemente al pueblo y hacer una profunda reforma agraria.
Todas las encuestas apuntan a que se irá a una segunda vuelta, sea quien sea que llegue al Palacio del Planalto constituye un reto para la alternativa representada en el PT y el pueblo en términos de exigir que se restablesca la democracia y reconstruya el país desde el pueblo y con el pueblo. Y de ganar el desastre del continuísmo representado en Bolsonaro, Gomes, Alckmin y Silva se tiene que confrontar, seguir las movilizaciones sociales y fortalecer la solidaridad internacional.
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