MUNDIALPanamá: El pueblo de Colón derrota a Ricardo MartinelliPor Juan Jované
Adital
29 de Octubre de 2012
El triunfo de Colón se convirtió en un triunfo nacional y en otra derrota estrepitosa del gobierno de Cambio Democrático y sus aliados.
El viernes, una vez se conoció que la nefasta Ley 72 iba a ser derogada, el pueblo de Colón con justificada razón salió a celebrar a las calles. Sólo con ver la alegría en el rostro del pueblo colonense, era evidente que la que la lucha valió la pena y los reclamos eran justos, aún con el pesar de la pérdida de vidas inocentes. Los medios de comunicación como siempre, le daban mayor relevancia a los saqueos en la capital que a las muestras de júbilo del pueblo de la heroica provincia de Colón.
Lo importante de esta lucha es que emergió de las propias entrañas del pueblo. Si bien, organizaciones ya reconocidas dentro del movimiento popular orientaron las protestas, desde el primer momento resaltó la unidad de todas las fuerzas populares de la provincia. Fue importante y crucial el paro de los transportistas de carga, de los obreros de los puertos, la participación de las diversas iglesias que más allá de su papel acostumbrado de mediadores oportunamente tomaron posiciones de respaldo al reclamo popular. Los jóvenes, las mujeres, los niños, empleados y desempleados, productores y comerciantes; se unieron en un rotundo NO a la ley 72. La derogación total de la Ley surgió y se propagó como la consigna unitaria contra el gobierno, un gobierno que jamás pensó que la onda expansiva de la rebelión de Colón llegara hasta Chiriquí y Bocas del Toro.
Así, el triunfo de Colón se convirtió en un triunfo nacional y en otra derrota estrepitosa del gobierno de Cambio Democrático y sus aliados. Un mérito especial se le debe dar a los obreros de la construcción (Suntracs), que en una acción coordinada de cierre y de protestas en las calles, puso en jaque la libre circulación por las principales arterias de la capital y del país, acciones éstas que en ningún momento tuvo el repudio del pueblo que en todo momento apoyó las medidas, aún, con las molestias conocidas que esto causa. Fue muy importante y significativo que a este movimiento de los obreros se les unieran maestros, profesores, estudiantes y el sector de los pueblos originarios tanto en Bocas como en Chiriquí. Todos desde su propia trinchera, o mejor aún, desde la trinchera de la unidad han sido protagonistas, junto al pueblo de Colón, de una jornada de protestas que nos demuestra que cuando el pueblo lucha unido no hay fuerza ni dictador que lo subyugue.
Colón se alza como un símbolo de unidad popular. Al país se le abren nuevas puertas para que el pueblo unido enfrente los retos futuros. Juntos podemos construir una democracia dirigida por el pueblo, para todo el pueblo, como única manera de transformar este sistema político y económico que por su naturaleza de desigualdad, fundamentada en la codicia y la ganancia sin límites, cada vez más lleva a la ruina a todo nuestro pueblo y que inevitablemente reproduce a engendros políticos como Martinelli y todos sus testaferros.
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