MUNDIALLa pobreza de la mujer en Puerto RicoCándida Cotto
6 de Marzo de 2012
Aun cuando las mujeres representamos el 52 por ciento de la población y el 44 por ciento de la fuerza trabajadora -en la precaria economía que tiene el país- la población femenina sigue siendo más pobre que la población masculina.
“La pobreza tiene rostro de mujer”, han descrito activistas y economistas sobre la mujer y la pobreza en Puerto Rico. Los datos estadísticos indican que la mediana de ingresos es más alta en hombres, unos $14,169 anuales, mientras que el de las mujeres es de unos $14,055. ¿Cómo explicar esta situación?
“Las mujeres son más pobres, primero, porque tienen a su cargo la familia (los hijos) y eso es más gastos. Según las estadísticas, 47% de las mujeres son solteras, divorciadas o no conviven con alguien. Así que ellas solas tienen todos los gastos, a diferencia de la mujer casada donde ambos trabajan y que tienen dos ingresos en la casa”, reaccionó la economista Marta Quiñones.
Expuso que aun cuando las mujeres poseen mayor preparación que los hombres, lo que pasa es que la preparación tiene género. “Esto es, hay más mujeres maestras, secretarias, enfermeras, trabajadoras sociales, etc., profesiones que pagan menos. También hay muchas mujeres en trabajo administrativo de oficinas, en ventas u otras profesiones donde no pagan mucho y requiere alguna preparación. Y si es por los grados que otorgan los “Colleges”, como esteticistas, trabajadora de uñas, masajes, chef, justicia criminal (2 años), pues hay más mujeres”, describió.
Es decir, que aun cuando es un hecho que el 44% de los trabajadores son mujeres, esto no significa que estén empleadas en los campos laborales que más y mejor ganan. Además, otro factor sobresaliente es que muchas de las mujeres empleadas en las tareas antes descritas, según información del mismo Departamento del Trabajo y Recursos Humanos (DTRH), están empleadas a tiempo parcial. “Al ser empleada a tiempo parcial, ganas menos y por ende tienes que enfrentar la crisis económica desde otra perspectiva. Es por esto que muchas de ellas pueden ser empresarias, pues dirigen su salón, hacen repostería desde su casa, etc.”.
La profesora de Economía del Recinto de Arecibo de la Universidad de Puerto Rico (UPR) y expresidenta de la Asociación de Economistas de Puerto Rico reparó en que existe mayor desempleo entre las mujeres que no tienen preparación académica que entre los hombres. Al describir cómo las mujeres asumen la crisis económica, señaló que lo cierto es que “las mujeres aceptan más el empleo parcial que los hombres, aceptan los bajos salarios, a diferencia de los hombres. Y ésa es la diferencia en que las mujeres asumen la crisis. Aceptan empleos a tiempo parcial, y buscan otros trabajos adicionales desde su casa, como es hacer pelo, uñas, repostería, freír bacalaos los fines de semana, hacer pasteles, vender productos Avon y otra serie de actividades que complementan el ingreso. También tenemos muchas maestras dando tutorías fuera de sus horas laborales, dando el servicio de ayudar con las tareas escolares, donde los padres pagan por ese servicio”.
Si es evidente que las políticas públicas para sacar a la población en general de la pobreza no han sido muy efectivas, Quiñones opinó que las políticas públicas dirigidas a sacar a la mujer de la pobreza tampoco han tenido éxito. “Existen programas dirigidos a sacar a las mujeres de las filas del desempleo y a sacarlas de los servicios de apoyo del gobierno ubicándolas en empleos. El resultado ha sido malo, pues ubican a las mujeres en “fast foods” y luego les quitan los cupones y las otras ayudas. Las mujeres ven que están peor y vuelven a la dependencia. En cuanto a las que están desempleadas, se abusa de la fragilidad que es no tener empleo y te ubican en tiendas o “fast foods” explotando a las empleadas y beneficiándose el empleador, que es el que cobra el subsidio. Además, ante tanto desempleo no hace diferencia”, advirtió.
Agregó que también hay programas particulares que tienen fondos para ayudar a generar iniciativas empresariales dirigidas a ambos géneros, pero que aun en éstos las mujeres participan más que los hombres. Otras dependencias del gobierno con iniciativas para generar empleos entre la población femenina son el Departamento de la Familia (DF) y la Oficina de la Procuradora de las Mujeres (OPM). En el caso de la OPM, los fondos van dirigidos al desarrollo económico y empresarial de las mujeres jefas de familia bajo los niveles de pobreza en Puerto Rico. Algo similar tuvo en sus inicios la Oficina de Comunidades Especiales (OCE).
“Lo cierto es que las mujeres son más creativas a la hora de crear fuentes de ingresos, pero todos se quedan en pequeñas empresas; cuando se vuelven medianas o grandes se apoderan los hombres”, concluyó la economista Quiñones.
Fuente: Claridad
Puerto Rico
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