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MUNDIAL

Los dominicos fueron profetas de Jesús de Nazaret

Fuente: Periodistadigital

La predicación por los derechos de los indígenas “fueron la base del derecho internacional”

Jesús Bastante, 21 de diciembre de 2011 a las 20:11

¿Cómo es posible resistir a un poder que pretende apoyarse en el Dios de la Biblia para deducir preceptos que solo sirven para apoyar proyectos humanos y tan mundanos?

(Jesús Bastante).- "¿Acaso estos no son hombres?". Las palabras del sermón de Montesinos, del que hoy se cumplen 500 años, atronan en nuestro corazón con más fuerza que nunca. En mitad de un mundo que sólo ha sabido globalizar la pobreza y la desigualdad, y en el que las cadenas sólo han cambiado de forma y de nombre, pero no de víctimas, "lo que está en juego es el futuro de la Humanidad", tal y como señaló el general de la orden dominica, Bruno Cadoré, en un emotivo acto conmemorativo que tuvo lugar en una abarrotada Casa de América.

El sermón, firmado por la comunidad dominica de La Española (hoy República Dominicana y Haití) el último domingo de Adviento de 1511, fue el primer aldabonazo de una sociedad más humana, el primer gran discurso de los derechos humanos, que hoy debería ser leído en Naciones Unidas y en los Parlamentos de todo el mundo. También, y sobre todo, en los púlpitos. "Fueron religiosos que apelaron a la universalidad de lo humano", recalcó el general, "sin faltar una coma al Evangelio". Un llamamiento a la indignación, también hoy, y a la construcción de un mundo en el que todos seamos radicalmente iguales, radicalmente humanos.

"Todos vosotros estáis en estado de pecado mortal", dijo Montesinos, resumiendo la indignación de los dominicos, provocando una seria crisis entre los conquistadores. Tanto, que le llevó a tener que rendir cuentas ante el mismísimo Rey de Castilla. Los dominicos lograron que, al menos sobre el papel, los indígenas fueran considerados seres humanos, y partícipes de la Salvación. La historia, lamentablemente, dejó a un lado los buenos propósitos, y hubieron de pasar muchos años -y muchas catástrofes, desde la esclavitud en África a las guerras mundiales o la pobreza globalizada- sin que estas palabras fueran poco menos que olvidadas.

El acto de esta tarde fue de celebración, pero también de denuncia, ante las realidades sufrientes de hoy. Así lo afirmó Pedro Juan Alonso, provincial de Filipinas, quien reivindicó que la predicación de Montesinos "fue la base del derecho internacional. Y sus palabras son una denuncia para nuestra vida y predicación".

Y es que hay cosas que no cambian. "Muchos hermanos nuestros siguen siendo invisibles, sin voz, para los mercados de hoy. Tantas vidas sesgadas por la violencia, el tráfico de drogas, explotados con todo tipo de trabajo, de sol a sol, sin ningún tipo de alternativa... Víctimas inocentes sometidas a un empobrecimiento enriquecedor para los que mandan. Queremos seguir siendo voz en la aldea global para que se activen por nuestra vida y predicación la compasión, la fraternidad, el amor verdadero, la participación en la organización de este mundo, que es de todos".

El provincial reivindicó la necesidad de "avivar la conciencia de que hay que mantener vivos los derechos, y no solamente la economía".

Por su parte, Bruno Cadoré recordó cómo la comunidad de La Española "hizo voz de Jesucristo en medio de circunstancias muy difíciles. Tomaron conciencia en el comienzo de una nueva era, la era de la globalización". En este sentido, el maestro de los dominicos hizo un llamamiento a "reflexionar sobre nuestra responsabilidad hoy, que consiste en hacer oír, como ellos lo hicieron, la llamada incesante al respeto incondicional de todo ser humano, sin distinción de raza, lengua, cultura o religión".

"Ellos, y nosotros, sentimos vergüenza al conocer el mal que el ser humano puede causar a sus semejantes", apuntó Cadoré, quien apuntaló que "no reconocer la dignidad humana en los demás significa no respetar la dignidad de ningún ser humano. Esta llamada de indignación fue hecha por religiosos, pero en nombre de un principio universal: los derechos de todos los hombres".

El de Montesinos "es una llamada a favor de los demás, lo que probablemente constituye una de las principales fuerzas de las tomas de posición proféticas. Lo que está en juego es el futuro de la Humanidad", recalcó, insistiendo en que "cuestiona, a los poderes políticos de entonces, y de hoy, la fuerza y la violencia", injustificables. Porque, "¿cómo justificar la eticidad de una dominación cuando el poder se permite repartir el mundo entre los poderosos en nombre de Dios? ¿Cómo es posible resistir a un poder que pretende apoyarse en el Dios de la Biblia para deducir preceptos que solo sirven para apoyar proyectos humanos y tan mundanos?".

"Los dominicos de La Española fueron profetas, porque manifestaron su indignación ante la idea de que era posible servirse de Dios para establecer poderes humanos. Fueron profetas porque siguieron el camino de aquel que era su único señor: Jesús de Nazaret. Que fue asesinado precisamente por poner en tela de juicio los poderes que aplastan a la humanidad". Proclamó el religioso francés. "Los hermanos se colocaron al lado de los que el mundo quería olvidar, pero sin los cuales sería imposible buscar honestamente la verdad".

Por su parte, el profesor Pastor Ridruejo, ex magistrado del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, trazó una semblanza de Antón Montesinos y la percepción del trato que los encomendadores daban a los nativos. A través de los escritos de Bartolomé de las Casas, Ridruejo recordó la polémica de las palabras de los dominicos, y cómo los poderosos quisieron reconvenir a Montesinos. Al siguiente sermón, pronunciado el 28 de diciembre, "corroboró e incrementó lo dicho el domingo anterior". Entonces, las autoridades apelaron al Rey Fernando, quien llamó a la Corte al dominico. "Tal era el poder de fray Antón, que le convenció".

El sermón "supuso un paso importantísimo" para el reconocimiento de los derechos de los indígenas. En todo caso, hasta 150 años después (1680) no se promulgó la Ley de Indias. El magistrado recordó cómo, desde entonces, se han ido avanzando en la igualdad, cuando menos legal, de todos los seres humanos.
Finalmente, el filósofo Reyes Mate insistió en la necesidad de dar respuestas a las preguntas de Montesinos, "la que la humanidad se hace en tiempos de peligro". La que se hizo en los campos de exterminio nazis, pero que también se hizo Pilato. "Si esto es un hombre". "Sólo liberando al otro encontraremos la libertad", respondió Mate.

El acto concluyó con la representación de "Primera noticia de la catástrofe", con guión de Juan Mayorga, y que relata, a través de los ojos de fray Bartolomé de las Casas, los hechos que motivaron el sermón de Montesinos, y las reacciones que el mismo provocó entre los poderosos conquistadores. Ayer y hoy, los ricos continúan escondiéndose bajo la ley de Dios, del dinero o del poder. Ayer, como hoy, siguen haciendo falta Montesinos. También en nuestra Iglesia.