HOME | ACERCA | NACIONAL | LOCAL | MUNDIAL | DOCUMENTOS | CONTACTOS | ANTERIORES

MUNDIAL

Caminos de Dios

Por Roberto Torres Collazo
Editor del Colectivo Cambio Social
16 de febrero de 2023

Hay muchos caminos para vivir intimamente la experiencia Dios, pese a que nunca entendamos completamente esos caminos de un ser que es Misterio infinito. Como dijo san Agustín: “Si lo entiendes, ya no es Dios”. Eso no impide que no podamos comunicarnos con ese ente de energía, indecible, Acogedor, Fuente del ser y la vida, del espacio y el tiempo, que se revela como amor gratuito desinteresado en la historia. También no impide que lo podemos experimentar como suave-fuerza, alegría, paz... que nos puede otorgar sentido y propósito de la vida, llenar nuestro vacío existencial o verificar si estamos en el camino correcto.

Entre otros, en el siguiente proponemos dos caminos: la oración y la acción. Sugerimos sacar tiempo para el silencio y orar, cosa que a veces puede ser difícil en las grandes ciudades debido a los muchos ruídos y el estrés al que se nos somete. El que dice que no tiene tiempo es porque Dios no es importante en su vida. Se puede orar sin palabras verbales en medio de la naturaleza, en la recámara, mientras esperamos en el consultorio médico, en el autobus, en una iglesia, mezquita, sinagoga, en templos de religiones africanas.... Para los iniciados que oran en privado puede resultar quizás aburrido y sentir que se está hablando con una pared o al aire. Después de un tiempo, todo cambia. Para orar, no se necesitan muchas palabras como nos avisa Jesús: “... pero tú cuando ores entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre [y Madre] que está allí a solas contigo... no imiten a los paganos con sus palabrerías interminables” Mateo 6,5-13. La oración no es para que Dios nos resuelva nuestros problemas personales o familiares, entonces, ¿orar para qué?.

Orar para pedir nuevas fuerzas y serenidad para enfrentar los problemas. Para buscar respuesta a las grandes y antíguas preguntas existenciales, ¿quién soy? ¿por qué estoy en la vida? ¿por qué he nacido?. Se ora para hacernos más humanos, para vivir en una actitud más lúcida y vigilante en medio de una sociedad que rinde culto al dinero. Para limpiar nuestros criterios, esquemas y mente de todo aquello que nos pueda deshumanizar.

Oramos para encontrarme valientemente con mi verdad y ser capaz de criticarme a mi mismo con sinceridad, para abrir mejor los oídos de mi corazón y escuchar honestamente a Dios, para estar más atento a quienes pueden necesitar mi cercanía, ayuda, amistad. Para no desanimarme ante los problemas de la vida y luchas. Para reavivar mi esperanza, para fortalecer mis debilidades y descansar existencialmente. Para no vivir tan solo o sola por dentro, para caminar por la vida acompañado por un Dios que es Padre y Madre y fuente de toda bondad. Para comenzar cada mañana de manera más confiada y superar los miedos. Para conocer un Dios que me perdona y acepta tal como soy, que no me juzga ni me condena y me quiere libre de la avaricia, el individualismo, el consumismo, fariseísmo, en definitiva para liberarnos de todo aquello que nos aleje de Él y los demás.

El otro camino, que no está separado de la oración, es el servicio desinteresado a los sufrientes de la tierra; especialmente a los que sufren injustamente, como dice Proverbios 31,8 : “Habla por el que no puede hablar y defiende la causa de los desvalidos. Habla para juzgar con justicia y defiende la causa del humilde y del pobre”. Este camino toma posición en defensa de las y los indefensos, defiende a los que la sociedad descarta y considera ignorantes, los últimos en la escala social. Servicio que va más allá de cualquier ideología, creencias, religión, nacionalidad, credo, género, normas y leyes que nos dividen y enfrentan como especie humana. Una relación íntima con Dios pasa por el amor a los que ha duras penas trabajan para comer, por ejemplo, el 70 por ciento de latinoamericanos tienen trabajos informales (2019). En Santiago 2, 14-16 declara: “ Hermanos, si uno dice que tiene fe, pero no viene acompañado de hechos, ¿de qué le sirve? ¿acaso lo salvará esa fe?. Si un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse, ni qué comer y ustedes le dicen: ‘que les vaya bien, caliéntense y aliméntense’, sin darle lo necesario para el cuerpo, ¿de qué les sirve eso?”. Es decir, creer en Dios no basta, la fe se verifica en los hechos. Al final de nuestra vida, seremos juzgados por el amoroso servicio: “Todo lo que hiciste a los demás a mí lo hiciste” declara Jesús en Mateo 25, 31-46. No se nos juzgará y preguntará si creemos en Dios o no, si fuimos mucho al culto o la misa. No estamos diciendo que asistir a misa o culto sea inapropriado, sino que lo importante es el servicio practicado en la vida, sin dejar aquello.

Finalmente, es importante destacar, que se puede escoger uno de esos dos caminos o los dos, u otro diferente, porque como anota González Faus, lo sepamos o no, todos buscamos conciente o inconcientemente de Dios. Por esos caminos de oración y servicio, podemos relacionarnos intimamente con el Misterio infinito del que el Nuevo Testamento dice es Amor, “Gusten y vean que bueno es el Señor: Salmo 34 (33), 9. Como indicamos arriba, la oración y servicio no están divorciados. Tal vez más de uno diga, “tu ayuda a la gente y se aprovechan o te toman de tonto y si oras con frecuencia te llaman fanático o beato”. Estamos muy seguros que el Espíritu de Dios vendrá a nuestra ayuda para saber cómo responder en esas u otras situaciones. ¿Para qué la oración y la acción? Para ser felices o ser más felices por los caminos de Dios. Felicidad que se resume en: “Amarás al Señor tu Dios con toda tu alma, con todo tu corazón, con todas tus fuerzas y al próximo como a tí mismo” Mateo 22, 37-39.

Referencias
Anónimo. (2012). El peregrino ruso: Steinig, M. & Herrojo, J. Un clásico de espiritualidad, escrito entre 1865 y 1881. Lugar de edición y editora: no están disponibles. Se puede consultar en cualquier buscador en Internet.

Barros, M. (2016). Consolar a los afligidos: la promesa de la felicidad. Editorial San Pablo: Madrid.

Biblia, versión Latinoamericana. (1972). Ecuador.

González, F. I. J. (Enero, 2023). ¿Dios?. Portal Religión Digital: España.

López, B. A. (2000). Un Dios locamente enamorado por ti. Editorial Sal Terrae: España.

Mo, S. J. (2018). O caminho espiritual para a felicidade. Editora Santuario: São Paulo.

Pagola, A. J. (2015, 8ª. Edición). Creer, ¿para qué?: conversaciones con alejados. Editorial PPC: Madrid.