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MUNDIAL

¿Se está acabando el mundo?

Por Roberto Torres Collazo
Editor del colectivo de Cambio Social
7 de abril de 2022

En estos tiempos tan turbulentos como los que vive la humanidad los discursos de algunos líderes cristianos fundamentalistas predican y repiten que ya es el “fin” que Cristo viene pronto. Se suman los profetas de las desgracias, citas de Notradamus, la búlgara Baba Vanga, los falsos visionarios, la prensa sensacionalismo, lectores de cartas, los gurus de los horóscopos, los que quieren vender libros, redes sociales…. Para ser breves, en este escrito nos limitaremos al fundamentalismo cristiano, a una apretada síntesis de la historia universal y comentar biblicamente el tema que nos ocupa.

Ese discurso del fin y que Cristo viene no es nuevo. De acuerdo a san Pablo en I Tesalonicenses 4,15-18 es sabido que la comunidad primitiva cristiana esperaba pronto la venida de Cristo glorioso y el fin del mundo. La expectativa del fin del mundo emergió también bajo la tiranía de Nerón, entre los años 54-68 después de Cristo, el terremoto en Laodicea en el año 60 d.c., la errupción del volcán Vesubio en el año 70 d.c. entre muchos otros.

De manera similar resurge nuevamente en los tiempos de los iconoclastas (destructores de imágenes religiosas) en el siglo 8, la peste negra en el siglo 14 que mató alrededor de 200 millones en Europa, la I y II Guerra Mundial que en conjunto se cobraron entre 90 y 100 millones de vidas, el stalinismo, los desastres y fenómenos naturales, el cambio de cada milenio para muchos era el fin del mundo. Esta narrativa se escuchó mucho y hoy también.

El fundamentalismo bíblico contemporáneo de algunos sectores cristianos se caracteriza generalmente por la lectura literal de la Biblia. Se toma todo al pie de la letra. No toma en consideración los géneros literarios, no toma en cuenta las lenguas originales de la Biblia, el contexto histórico de la pasajes bíblicos, la cultura, las tradiciones y las costumbres de la época, influencias extrajeras, el método histórico-crítico, ni el contexto social del texto que se lee. Las consecuencias, entre otras, son inapropiadas lecturas que en ocasiones pueden ser desastrosas. No queremos decir que hay que ser un doctor en teología bíblica para leer la Biblia, pero al menos tener unos conocimientos básicos o consultar comentarios válidos y confiables.

Al fundamentalismo no suele interesarle los resultados de las nuevas investigaciones y estudios exegéticos y teológicos por parte de teólogas, teólogos católicos y protestantes que nos ayudan a entender mejor hoy la Palabra de Dios. Los ven con desconfianza. Sospechan de la modernidad y avances científicos. No son pocos los que han caído en el error de justificar con Biblia en mano las guerras, justificar el patriarcado, justificar la obediencia ciega a la autoridad, justificar el odio, la violencia contra otros, justificar jerarquías religiosas y sociales e infundir miedos.

Cualquier texto bíblico que hable de desastres, caos, guerras, desastres naturales son presuntas “señales” de que Cristo viene pronto y con ello el fin. Sin embargo Jesús, que es la norma y criterio fundamental de la fe cristiana, nos dice: “Pero aquel día y de la hora nadie lo sabe, ni aún los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo sino el Padre” Marcos 13,32. Sólo Dios sabe. En Marcos 13, Mateo 24 y Lucas 21 encontramos alusiones a guerras y catástrofes puede ser influencia de la literatura escatológica apocaliptica en las primeras comunidades del siglo 1, para más detalles ver un resumen de Antonio Piñero en las referencias.

No sabemos si el mundo se está acabando, se impone la confianza total, confianza en que el mundo está en las manos de Dios, peses a las crisis que experimentamos, su Espíritu guia la historia. La parusía (del griego, regreso) de Cristo en el futuro de la historia para el cristiano y cristiana es un asunto de fe y esperanza basada en la resurreción del muerto-crucificado. Sabemos que la compasión, la justicia, la paz, la igualdad, la solidaridad... será plena en el futuro de la historia donde no habrán dolores, sufrimientos, muertes... como bien anota el Apocalipsis 21,3-4: “Esta es la morada de Dios, con los hombres; él habitará en medio de ellos; ellos serán su pueblo y él será Dios con-ellos; él enjugará las lágrimas de sus ojos. Ya no habrá muerte, ni lamento, ni llanto ni pena, pues todo lo anterior ha pasado”. O como declara Frei Betto: “Si ya no alberga sueños de un futuro mejor, le robaron la esperanza” y Martin Lutero: “Aunque supiera que el mundo, se desintegrará mañana, igual plantaría mi manzano”. ¡Maranatha Ven Señor Jesús!.


Referencias

Biblia, versión Latinoamericana.

Boff, L. (Mayo, 2015). La ascensión del Señor. Portal: Noticias MU.

Jeremias, J. (2008). Las parábolas de Jesús. Edición Verbo Divino: España.

Léon-Dufour, X. (2018). Vocabulario de teología bíblica. Editorial Herder: España.

Mesters, C. (1987). Esperanza de un pueblo que lucha: el apocalipsis de San
Juan una clave de lectura . Ediciones Paulinas: Sao Paulo.

Piñero, A. (2014). Año 1: Israel y su mundo cuando nació Jesús. Editorial Laberinto: España.

Schillebeeckx, E. (1983). Jesús: la historia de un viviente. Ediciones Cristiandad: Madrid.