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MUNDIAL

El otro 11 de Septiembre

Roberto Torres Collazo

Lo ocurrido el 11 de Septiembre en el 2001 Estados Unidos fue un acto terrorista y un crimen contra la humanidad, no cabe la menor duda, que condenamos energicamente. Como tampoco no cabe la menor duda que el golpe de Estado en Chile el 11 de Septiembre de 1973 fue un acto terrorista y un crimen contra la humanidad que condenamos energicamente también.

El 11 de Septiembre en Chile se asesina, contrario a la versión oficial que predomina entre los golpistas y sus defensores que dicen que Allende se suicidó. Se asesina en el Palacio de la Moneda, en Santiago su capital, un presidente electo democraticamente, Salvador Allende Gossens. Un golpe dirigido por el General Augusto Pinochet, la policía nacional, las corporaciones especialmente estadounidenses como Anaconda y Kennecot, la ITT apoyados y animados por la CIA que gastaron millones de dólares del el gobierno de Estados Unidos para derrotar en forma sangrienta el gobierno de Allende. Durante el golpe se destruyó casi todo el palacio presidencial y que se caracterizó inmediatamente despues por fusilamientos masivos de trabajadores, a artistas, bombardeos a universidades, la quema de libros, atroces actos terroristas contra el pueblo, ilegalización de los partidos políticos, la disolución de las organizaciones obreras, crimenes de todo tipo, la censura de los medios de comunicación, abusos de todo tipo, la eliminación total de toda clase derechos humanos y civiles.

La dictadura de Pinochet por 17 años fue una de las dictaduras más sangrientas del continente Americano. Las desapariciones de miles de personas por ser solamente sospechosos de ser supuestamente “comunistas”, las torturas contra cualquiera que se opusiera pacificamente a la dictadura, el exilio se disparó, la represión contra los líderes sindicales, la destrucción de cooperativas y ataques contra los indígenas como los mapuches chilenos, la persecusión contra los sectores religiosos progresistas fueron la orden del día. Todo un largo periodo de muertes, sufrimientos, miedos y angustias para millones de familias chilenas que perdura como cicatrices todavía hoy en el alma de la sociedad chilena.

Es justo, necesario, recordar y solidarizarnos siempre con los familiars, amigos y las víctimas del 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York, pero también es justo, necesario, recordar y solidarizarnos siempre con los familiars, amigos y víctimas de las víctimas del otro 11 de Septiembre de 1973 en Chile o en cualquier parte del mundo que haya sido víctima del terrorismo en el presente o pasado. Porque todos somos hermanos y hermanas, porque la verdadera solidaridad y compasión no tiene fronteras, porque ningun pueblo o nación vale más que otro pueblo o nación, porque las vidas perdidas en Nueva York no valen más que las vidas perdidas en Chile. Porque también a partir del golpe de Estado del 11 de Septiembre de 1973 en Chile murieron miles de madres, hermanos, hijos, nietas, abuelas, enfermos, discapacitados, trabajadores, inocentes como en Nueva York. Por esto y mucho más no podemos olvidar, ni dejar de solidarizarnos con los familiares y amigos de las víctimas de el otro 11 de Septiembre del hermano pueblo de Chile.