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MUNDIAL

El síndrome de Estocolmo colonial puertorriqueño

Roberto Torres Collazo

Muchos líderes puertorriqueños y sus seguidores de los principales partidos políticos de Puerto Rico sufren lo que podríamos llamar el síndrome de Estocolmo. En 1973 en Estocolmo, Suecia, se produjo un hecho curioso que llamó la atención de los psicólogos y psiquiatras. Se trató de un robo a un banco donde los delincuentes mantuvieron a sus rehenes detenidos por 6 días. Finalmente los captores se entregaron. La cosa no se queda ahí. Lo más curioso del asunto es que los rehenes defendieron publicamente a sus captores, una empleada frente a las cámaras de la prensa hasta besó en la mano a uno de ellos y todos se nagaron a declarar en contra de sus captores. Algo parecido ocurre con los líderes políticos de Puerto Rico.

Puerto Rico fué colonia de España por 400 años y el 25 de Julio de 1898 fué invadido militarmente por Estados Unidos. Es decir somos en total una colonia hace 510 años, primero con España y despues de Estados Unidos. Por definición ser colonia es antidemocrático y ser colonia significa también ser dependientes de la metropolis hasta la médula de los huesos, incluyendo nuestra psicología puertorriqueña. ¡¿A alguien le extraña que la mayoría no quiera la independencia en Puerto Rico?!. Pero ¿Que medios se han utilizado para que los puertorriqueños tengan el síndrome de Estocolmo?.

Aproximadamente el 70% de la población depende de supuestas ayudas federales, decimos “supuestas ayudas” porque Estados Unidos se lleva más que lo que invierte. Su gran capital optiene anualmente cerca de $57,000 millones por concepto del comercio con Puerto Rico y sus ganancias corporativas anuales ascienden a más de $34,000 millones. Ganancias que muy bien se podrían quedar en Puerto Rico y pagarles al menos salarios justos a los trabajadores puertorriqueños. Los defensores del colonialismo nos dicen “¡Ay bendito”!. En otras palabras, es mejor un salario que ninguno. Despues de todo somos impotentes, una isla pequeñita y no tenemos recursos. Nos dicen también que sin Estados Unidos nos morimos de hambre y comienzan con las comparaciones con Haití, Africa y otros países. Nunca se compara con Costa Rica, Singapur e Israel y muchos otros países igualmente pequeños de grandes logros económicos. Todo gracias al complejo de inferioridad que nos creado atraves de la educación y los principales medios de comunicación.

A parte de producir un complejo de inferioridad, la ideología dominante nos han lavado el cerebro de que Estados Unidos es generoso, pero como vimos anteriormente esa supuesta generosidad tiene un precio y muy caro. Sumemos la dominación colonial que se ha impuesto sobre Puerto Rico con las leyes de cabotaje, obligandonos a utilizar la marina mercante más cara del mundo y prohibiendonos comercializar internacionalmente, contradiciendo así la era de la globalización. La imposición de grandes centros comerciales en casi todo Puerto Rico de firmas extrageras que se han comido los pequeños negocios. La mentalidad consumista al estilo Made in US que nos dice que compremos y nos divertamos hasta morir. Añadamos también por ejemplo el uso gratuito del 10% de nuestro territorio nacional con bases militares estadounidenses durante más de un siglo. No nos han pagado ni un centavo, mientras que Estados Unidos paga a España más de $5,000 millones por sus bases militares. Según la Ley de Relaciones Federales, somos un territorio no incorporado de Estados Unidos. Esto le otorga a Estados Unidos el “derecho” a controlar la defensa, las aguas marítimas, la moneda, la seguridad federal por medio del FBI, el aparato judicial y político, la migración, los medios de comunicación, la educación, las leyes ambientales, el comercio, todo a imagen y semejanza según los dictamenes de Estados Unidos.

Por 400 años hemos sido colonia y más de un siglo colonia de Estados Unidos. Atraves del colonialismo a los puertorriqueños se nos ofende la dignidad, se viola nuestra soberania, se nos trata como niñitos dependientes, se nos controla, nos roban nuestras riquezas, nos manipulan, se nos invade militarmente y despues ironicamente defendemos a nuestro verdugo con halagos, agradecimientos y bendiciones como los rehenes de Estocolmo. Esto es lo que sufrimos la mayoría de los Boricuas y le llamamos: el síndrome de Estocolmo colonial puertorriqueño.