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MUNDIAL

Puerto Rico: Monseñor Parrilla: obispo y profeta en su centenario: 1919-2019

Por Roberto Torres Collazo
Editor de Cambio Social, EE.UU
27 de octubre de 2019

Este año 2019 es el centenario del gran obispo y profeta puertorriqueño monseñor Antulio Parrilla Bonilla. Quien nació el 6 de enero de 1919 y partió hacia la casa del Padre y Madre Dios el 3 de nero de 1993. Como profeta denunció siempre y abiertamente el coloniaje a que es sometido el pueblo de Puerto Rico. Se destacó en su lucha por el Reino de Dios y su justicia, una persona disciplinada, humilde, alegre, de un gran sentido de fraternidad y profunda espiritualidad, coherente con la práctica del Evangelio y amor a su Patria, a quien queremos revalorizar su legado, agradecer y rendir nuestros respetos.

Hijo de San Lorenzo, sus padres fueron Pedro Pascual Parrilla y Agustina Bonilla López. Fué bautizado en la Iglesia Católica. Creció en un ambiente ecuménico, sus padres practicaban el espiritismo pero bautizaron todos sus hijos en la Ilgesia Católica. Estudió en la escuela elemental de su pueblo y sus estudios secundarios en la Escuela Superior José Gutier Benítez de Caguas. Trabajó desde 1936 a 1939 como pesador de caña en la Central azucarera de Fajardo Sugar Company. Trabajó también como lava platos en Nueva York en 1939 regresó a estudiar a la Universidad de Puerto Rico para finalizar un bachillerato en Administración Comercial con especialización en economía. Fué ordenado sacerdote jesuita el 3 de mayo de 1952.

Desde muy temprano se perfiló en la lucha por la justicia social y política, hasta llegar a ser independentista y socialista. Fué incomprendido, hubo intento de silenciarlo, fue marginado por sus colegas del episcopado y los sectores más conservadores, aún cuando él mismo declaró más de una vez:

“Soy independentista por razones evangélicas, no políticas. En Puerto Rico para ser un buen cristiano hay que ser independentista”.

De acuerdo al Rev. Wilfredo Vélez, asegura que escuchó por primera vez el concepto de colonialismo como pecado de labios de Parrilla. Añade Vélez: “Un verdadero cristiano no puede abstenerse de participar en actividades conducentes a la liberación del pueblo:.

Parrilla, basandose en documentos de la Iglesia abogó publicamente por la libertad de Puerto Rico, por ejemplo citando la encíclica “Paz en la Tierra” del papa Juan XXIII dijo:

“No hay comunidad nacional alguna que quiera ser sometida al dominio de otra”. Añadía Parrilla: “Todos los pueblos, en efecto, han adquirido ya su libertad o estan por adquirirla, menos Puerto Rico”.

Consideraba para América Latina que el socialismo no podía presindir del cristianismo:

“En América Latina no podrá haber socialismo sin cristianismo”.

Similarmente lo que dijera Fidel Castro a unos de los padres de la teología de liberación el brasileño Leornardo Boff, que la revolución tiene que contar con la religión.

Era un obispo del pueblo, es decir, no andaba en limosinas, no era un obispo de estar sólo metido en el templo, se le podía encontrar en calle caminando como otro más, una persona que saludaba y hablaba con todos, siempre con humildad y sencillez. A mediados de los años 80 tuve el privilegio de conocerlo, le hice una visita en el pueblo de Rio Piedras, me llamó la atención que residía solo en un pequeño cuartito con sus libros y pequeña mesita.

Recuerdo que en esos tiempos los años 80, le consulté que yo no declaraba mis impuestos al gobierno porque el dinero no era para mejoras de los puertorriqueños y puertorriqueñas y me dijo que si no tenía propiedades que no tenía que preocuparme. Le creí porque me inspiraba confianza. Cuando hacia mi bachillerato asistí a una misa en la Universidad Sagrado Corazón que él presidía y me emocioné porque él hablaba muy bien de la Iglesia (jerarquía) pese a sufrir el hecho que sus colegas lo tenían marginado. Para ese tiempo estaba bastante enfermo.

Se solidarizó con las luchas del pueblo. Inspirado en el Evangelio participó activamente en muchas organizaciones antimperialistas, en contra del reclutamiento militar, en las luchas en contra de la guerra de Vietnam, luchó contra la Marina de Guerra en Vieques donde fué arrestado, se destacó promoviendo y educando sobre el coperativismo. Organizó cooperativas en casi todo Puerto Rico, se desempeñó como profesor del Instituto de Cooperativismo de la Universidad de Puerto Rico de 1968 a 1970 y funda el Centro Social Juan XXIII desde donde ejerce su trabajo pastoral escribiendo, da conferencias y colabora con diversos grupos de conciencia social. También fue columnista del periódico puertorriqueño “Claridad”.

Monseñor Parrilla pese a ser marginado dentro de la misma Iglesia, no abandonó la Iglesia y siempre estuvo claro de su identidad como obispo:

“No soy político. Me considero pastor y obispo y sacerdote. No estoy afiliado a ningún partido político. Creo en la independencia de Puerto Rico por razones evangélicas, porque los signos de los tiempos van señalando hacia la total desaparición de toda forma de dependencia y dominio político”.

A su vez creía que el socialismo es donde el hombre y la mujer pueden alcanzar un verdaderos compromiso de amor a los demás: “Este socialismo tiene una gran fe en el hombre y le cree capaz de grandes cosas, hasta de heroísmo... y abnegación por los demás”. Era pacisfista pero comprendía en aquel entonces de los años 70 el por qué había gente que luchaba con las armas para liberarse de la opresión.


Referencias:

E. L. G, José. (2015). Los católicos rebeldes en Puerto Rico durante la guerra fría. Puerto Rico. Editorial Publicaciones Gaviota, Rio Piedras.

Muriente, P. A. J. (2019, abril). Antulio Parrilla Bonilla: 1919-2019. Portal: Blanco y Negro, MINH Puerto Rico.

S. S. Miguel. (2013). Antonio Parrila Bonilla: obispo y profeta de Puerto Rico. San Juan, Puerto Rico. Editorial: Fundación El Piloto, Bayamón.