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MUNDIAL

Aquí no ha pasado nada

Por Félix Arroyo
Ex-consejal de la Ciudad de Boston, US

Cuando los discípulos reunidos recibieron la aparición del Cristo resucitado, Santo Tomás exigió pruebas. A la verdad que si un santo puede dudar de Dios y este comprende y presenta pruebas que disipan las dudas del santo, a mi no me queda otra que dudar del compromiso de Uribe.

Como otros tanto millones de personas, seguí con extremo interés las intervenciones de los distintos presidentes latinoamericanos durante la reunión del grupo de Rio en la República Dominicana el viernes siete de marzo. A la verdad que el drama real que se estaba viviendo en esa reunión, y en realidad continua su curso, me mantuvo a la expectativa de algún desenlace histórico. Debo confesar que no lo percibo así. El resultado final de la discusión fue el reconocimiento de Uribe de que violó el territorio ecuatoriano y la promesa de no volverlo a hacer. Nada sobre dialogo con la FARC, ni de intercambio humanitario, ni compensación por la violación de la frontera del Ecuador, ni compromisos que permitan que Chávez ni ningún otro presidente o comisión de países algunos, intervengan por la paz.

¿Dónde están las heridas de las manos, los pies y el pecho de Uribe? A la verdad que al menos espero que todos los presidentes presentes sean como Santo Tomás. Sí, reconozco que se disipó la tensión internacional creada por Uribe y que el foro naturalmente se distinguió por la ausencia de los norteamericanos, lo que permitió que los latinoamericanos atendieran los asuntos de los latinoamericanos sin intervención extranjera… ¿no suena mejor decir Latino América para los latinoamericanos?

Reconozco que el presidente Chávez lució tremendas destrezas como pacifista. De paso, ¿no merece el presidente Chávez al menos una nominación para el premio Nobel de la Paz? Bueno, ya hablaremos de eso. Vimos al presidente Fernández de la República Dominicana mostrar gran calidad como moderador bajo intensa presión y sobre todo, muy notablemente el presidente Correa se mostró como todo un caballero y mantuvo con hidalguía la defensa de las fronteras de su país. Sin duda, también fue Correa el único presidente que al final, mostró algo de Santo Tomás.

¿Y ahora qué? Aunque aquí no ha pasado nada… por ahora, como diría el presidente Chávez, al menos su acertada intervención reabrió las puertas para la paz. De paso Señor presidente Chávez, el creador de la canción Linda Quisqueya fue mi compatriota puertorriqueño el gran Rafael Hernández, pero me desvío... Hay mucho por hacer, puesto que el sufrimiento de los secuestrados y sus familiares, de todos los colombianos y de los pueblos vecinos, como bien señaló el presidente Correa refiriéndose a tantos soldados y campesinos de Ecuador victimas del conflicto colombiano, queda por resolverse.

El trabajo de construir la paz ha vuelto a comenzar. Como con Prometeo, la enorme roca debe ser transportada a la cima de la montaña, pero con eso no basta, ha rodado muchas veces de nuevo a la falda de la montaña. Habrá que fijarla en la cima, bajo la vigilancia certera de los presidentes de Rio, convertidos en otros tantos Santo Tomás.