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NACIONAL

EE.UU: Día Nacional de las Desgracias no de Acción de Gracias

Escrito por WAMSUTTA (FRANK B.) JAMES, WAMPANOAG
Para ser leído en Plymouth, Massachusetts en 1970

SOBRE EL DOCUMENTO;

Trecientos años después que los Peregrinos empezaron su invasión de la tierra Wampanoag, sus descendientes "Americanos" planearon una celebración de aniversario. Aun apegados al mito del libro de escuela de los blancos de amistosas relaciones entre sus antepasados y los Wampanoag, los planificadores del aniversario pensaron que sería lindo tener a un Indio para que de un apreciativo discurso en su cena de estado. Le pidieron a Frank James que hable en la celebración. Él aceptó. Los planificadores, sin embargo, quisieron ver el discurso con antelación, y sucedió que los puntos de vista de Frank James – basados en la historia en vez de la mitología – no era lo que los descendientes de los Peregrinos querían escuchar. Frank James rehusó leer el discurso que escribió para él un empleado de relaciones publicas. Frank James simplemente no habló en la celebración del aniversario. En cambio, si es que él hubiese podido hablar sus propias palabras, esto es lo que habría dicho:

Les hablo a ustedes como hombre – un hombre Wampanoag. Soy un hombre orgulloso, orgulloso de mis ancestros, mis logos han sido ganados bajo estricta dirección de mis padres ("¡Tu tienes que ser exitoso – tu cara es de un color distinto en esta pequeña comunidad de Cape Cod!"). Soy producto de la pobreza y la discriminación de estas dos enfermedades sociales y económicas. Yo, igual que mis hermanos y hermanas, nos hemos sobrepuesto dolorosamente a esto, y hasta cierto punto nos hemos ganado el respeto de nuestra comunidad. Somos Indios primero – pero somos conocidos como "buenos ciudadanos". A veces somos arrogantes pero solamente porque la sociedad nos ha forzado a ser así.

Es con una mezcla de emociones que me paro frente a ustedes a compartir mis pensamientos. Este es tiempo de celebración para ustedes – celebrando un aniversario de un comienzo para el hombre blanco en América. Un tiempo de mirar al pasado, de reflección. Es con un corazón apesadumbrado que yo miro lo que le sucedió a mi Pueblo.

Aun antes que los Peregrinos arribaran era práctica común para los exploradores capturar Indios, llevarlos a Europa y venderlos como esclavos por 200 chelines cada uno. Los Peregrinos no habían explorado las costas de Cape Cod por cuatro días antes que empezaran a robar las tumbas de mis ancestros y a robar sus frijoles y maíz. Los Relatos de Mourt describen un grupo expedicionario de dieciséis hombres. Mourt nos dice que este grupo tomó lo que más pudieron de las provisiones que los Indios tenían para pasar el invierno.

Massasoit, el gran Jefe de los Wampanoag, supo de estos hechos, sin embargo, él y su Pueblo dieron la bienvenida y amistad a los colonos de la Plantación de Plymouth. Tal vez él tomó esta actitud porque su Tribu había sido reducida por una epidemia. O tal vez, su conocimiento sobre los rigores del invierno que se aproximaba fue la razón para aceptar pacíficamente estos actos. Este acto de Massasoit fue tal vez nuestro mayor error. Nosotros, los Wampanoag, les dimos la bienvenida a ustedes, los hombres blancos, los recibimos con los brazos abiertos, poco sabíamos que esto era el principio del fin; antes que transcurran 50 años, los Wampanoag no serían más un pueblo libre.

¿Qué sucedió en esos breves 50 años? ¿Qué ha pasado en los últimos 300 años? La historia nos entrega algunos datos y se cometieron atrocidades; hubieron promesas incumplidas – y la mayoría de estas se centraron en torno a la propiedad de la tierra. Nosotros sabíamos lo que eran las fronteras, pero nunca antes tuvimos que bregar con cercos y murallas. Pero el hombre blanco sentía la necesidad de medir su valor por la cantidad de tierra que poseía. Solamente 10 años más tarde, cuando llegaron los Puritanos, ellos trataron a los Wampanoag con menos gentileza para convertir las almas de los llamados "salvajes". Aunque los Puritanos eran duros con los miembros de su propia sociedad, los Indios eran triturados entre enormes rocas y eran ahorcados más rápidos que cualquiera de sus "brujas".

Y así a través de los años hay record tras record de tierras de Indios que fueron tomadas, y como gran cosa, se establecieron reservaciones donde estos vivieran. El Indio, habiendo sido destituido de su poder, no podía quedarse sin hacer nada y observar solamente como el hombre blanco tomaba su tierra y la usaba para su ganancia personal. Esto es algo que el Indio no podía entender; para él la tierra era la sobrevivencia, para cultivar, para cazar, para gozar de ella. La tierra no era para abusarla. Vemos incidente tras incidente, donde el hombre blanco busco amansar al "salvaje" y convertirlo al modo de vida Cristiano. Los primeros colonos Peregrinos le hicieron creer al Indio que si no se comportaban excavarían las tumbas de los que murieron de epidemias y que serían nuevamente infectados con ella.

El hombre blanco usó las destrezas náuticas del Indio. Siempre lo dejaron ser marinero, pero nunca capitán. Una y otra vez en la sociedad del hombre blanco, nosotros los Indios fuimos reconocidos como "el hombre de abajo en el poste tótem".

¿Ha realmente desaparecido el Wampanoag? Todavía existe un aura de misterio. Sabemos que hubo una epidemia que mató a muchos Indios – algunos Wampanoag se mudaron al oeste y se unieron a los Cherokee y los Cheyenne. Fueron forzados a mudarse. ¡Algunos incluso se mudaron hacia el norte, al Canadá! Muchos otros Wampanoag abandonaron su herencia India y aceptaron el modo de vida del hombre blanco para poder sobrevivir. Hay algunos Wampanoag que no desean que se sepa que son Indios por razones económicas y sociales.

¿Qué le paso a aquellos Wampanoag que decidieron escoger quedarse y vivir entre los primeros colonos? ¿Qué tipo de existencia tuvieron aquellos que vivieron como seres "civilizados"? Verdad, la vida entonces no era tan compleja como hoy, pero tuvieron que bregar con la confusión y el cambio. Honestidad, confianza, preocupación, orgullo y la política se entremezclaron en las vidas cotidianas de ellos [los Wampanoag]. Por lo tanto el Indio era catalogado como empeñoso, mentiroso, rapaz y sucio.

La historia oficial quiere hacernos creer que los Indios eran salvajes, analfabetos, animales incivilizados. Una historia que fue escrita por un organizado y disciplinado grupo de gente, para presentarnos como una entidad desorganizada e indisciplinada. Dos culturas diferentes se encontraron. Una de ellas pensó que tenia que controlar la vida; la otra pensaba que la vida era para gozarla, porque así lo mandaba la naturaleza. Recordemos que el Indio es y era tan humano como el hombre blanco. El Indio sentía dolor, era herido, y se tornaba defensivo, tenía sueños, sufría las tragedias y el fracaso, sufría de soledad, necesitaba llorar y reír. Él también es usualmente mal entendido.

El hombre blanco en presencia del Indio se siente mistificado por su increíble habilidad de hacerlo sentir incomodo. Esta puede ser la imagen que el hombre blanco se ha creado del Indio; su "salvajismo" se les ha devuelto como un bumerang y no es un misterio; es miedo; ¡miedo al temperamento del Indio!

Arriba en un cerro, mirando sobre la famosa roca Plymouth Rock, se levanta la estatua de nuestro gran Jefe, Massasoit. Massasoit ha estado allí muchos años en silencio. Nosotros los descendientes de este gran Jefe hemos sido un pueblo en silencio. La necesidad de ganarnos la vida en esta sociedad materialista del hombre blanco nos ha hecho ser silenciosos. Hoy, yo y muchos entre mi pueblo hemos escogido encarar la verdad. ¡Nosotros SOMOS Indios!

Aunque el tiempo haya deslavado nuestra cultura, y nuestro lenguaje esté casi en extinción, nosotros los Wampanoag aun caminamos por las tierras de Massachusetts. Podemos estar fragmentados, podemos estar confundidos. Muchos años han pasado desde que fuimos un pueblo en unidad. Nuestras tierras fueron invadidas. Nosotros peleamos tan duro para preservar nuestras tierras como ustedes los blancos lo hicieron para quitarnos la tierra. Nosotros fuimos conquistados, nosotros pasamos a ser prisioneros de guerra Americanos en muchas de las cárceles del Gobierno de los Estados Unidos, incluso hasta no hace mucho.

Pero nuestro espíritu se rehúsa a morir. Ayer nosotros caminamos por los senderos de los bosques y los caminos de arena. Hoy debemos caminar las grandes carreteras y caminos. Estamos forjando la unidad. Nos estamos levantando no en nuestras viviendas wigwam pero en sus edificios de concreto. Nos levantamos altivos y orgullosos y antes que muchas lunas pasen habremos corregido los errores que hemos permitido que nos impongan.

Hemos perdido el derecho a nuestro país. Nuestras tierras han caído en manos del agresor. Nosotros le permitimos al hombre blanco que nos mantenga de rodillas. Lo que ya pasó no se puede cambiar, pero hoy debemos trabajar por una América mas humana, una América más India, donde el hombre y la naturaleza de nuevo sean importantes; donde prevalezcan los valores Indios de honor, verdad, y hermandad.

Ustedes, los hombres blancos, están celebrando un aniversario. Nosotros los Wampanoag les ayudaremos a celebrar en el concepto de un comienzo. Fue el comienzo de una nueva vida para los Peregrinos. Ahora, 350 años más tarde es el comienzo de una determinación del Americano original: el Indio Americano.

Hay muchos factores que conciernen a los Wampanoag y otros Indios en esta vasta nación. Nosotros ahora tenemos 350 años de experiencia viviendo en medio del hombre blanco. Ahora podemos hablar su lenguaje. Podemos ahora pensar como piensa el hombre blanco. Ahora podemos competir con él por los mejores trabajos. Estamos siendo escuchados; ahora se nos presta atención. Lo más importante aquí es que junto con estas necesidades de la vida cotidiana, nosotros aun tenemos el espíritu, aun tenemos una cultura única, todavía tenemos la voluntad y, lo más importante de todo, tenemos la determinación de permanecer siendo Indios. Tenemos la determinación, y nuestra presencia esta tarde aquí es testimonio vivo de que esto es sólo el comienzo del Indio Americano, particularmente el Wampanoag, de recobrar la posición en este país que nos pertenece por derecho propio.

Wamsutta

10 de septiembre de 1970

(Traducción de Sergio Reyes sobre el discurso original que se encuentra en la página web de United American Indians of New England: www.uaine.org – 23 de noviembre de 2011)