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MUNDIAL

Puerto Rico: Prometeo en la isla encadenada

Por ortizfeliciano
Indymedia de Puerto Rico
26 de Septiembre de 2009

El mito de Prometeo es uno de los más logrados de la antigüedad y definitivamente es uno de los mitos griegos más interesantes, en relación directa a la verdad que contiene, es el que tiene por protagonista al titán Prometeo, el gran benefactor de la humanidad. Enseñó al pueblo a realizarse a sí mismo, a tomar conciencia de sus acciones, a coger las riendas de su vida y de sus luchas, a reclamar y pelear por lo que le pertenece, a desarrollar a través de esta gesta su ciencia y su arte. El nombre “Prometeo” significa el “pre-vidente”, el que preve o que se anticipa a los hechos.

Prever. (Del lat. praevidere). 1. tr. Ver con anticipación. 2. tr. Conocer, conjeturar por algunas señales o indicios lo que ha de suceder.3. tr. Disponer o preparar medios contra futuras contingencias. (drae)

El sentido del mito se aclara por el sentido mismo del nombre de Prometeo, que significa el pensamiento previsor. Descendiente de los Titanes, llevará en sí una tendencia a la revuelta. Pero simboliza la revuelta no de los sentidos, sino de la mente.

Prometeo es la viva imagen de la obstinación y la rebeldía, tiene capacidad de conocer el futuro, la figura trágica de Prometeo, rebelde contra la injusticia y la tiranía, constituye el símbolo de la humanidad más arraigado en la cultura occidental. Prometeo es el héroe mitológico que ha sido visto como símbolo de la liberación y la solidaridad de los seres humanos.

Prometeo perpetra una donación del fuego a la humanidad, se gana la ira de Zeus por amor a los hombres. El fuego además simboliza todo lo que hace humano a los humanos, todo lo que nos hace distintos a los animales. La luz de la inteligencia, la imaginación, el genio, la industria, la ciencia, la civilización, la cultura, las artes, etc. El calor de la pasión, del amor y de la conciencia es simbolizado con el calor del fuego con el cual Prometeo libera a la humanidad de la oscuridad de las cuevas.

Veamos una síntesis breve del mito (en los comentarios he de incluir un relato más extenso):

Ante el poderoso dios Zeus, Prometeo sacrificó un buey, dividiéndolo en dos partes: en una colocó la carne, la piel y las vísceras, ocultándolas dentro del vientre del animal; en la otra puso los huesos, que cubrió de grasa. Prometeo dio a elegir a Zeus la parte que más le satisficiese y éste eligió los huesos, pensando que eran la parte más sabrosa. A partir de entonces los hombres quemaron los huesos como sacrificio y pudieron comerse la carne y cubrirse con las pieles. Burlado, Zeus castigó a los hombres privándoles del fuego. Pero Prometeo volvió a ejercer de benefactor de la humanidad y robó el fuego del Olimpo para llevárselo de nuevo a los hombres.

Con su gesto, Prometeo da inicio, en el plano mítico, a la civilización y la historia, liberando al ser humano del miedo y de los límites que le imponía su condición. Prometeo es, por tanto, el héroe civilizador por excelencia, un personaje que aparece, con las evidentes diferencias, en la mayoría de las culturas.

Prometeo encarna la figura del rebelde que "quiere comunicar a los hombres todos los bienes reservados a los dioses" (Ernst Bloch: El principio esperanza 3. Editorial Trotta. Madrid. 2007. p.325)].

El mito es fuerte, es palpitante. Vemos la resignación de Prometeo, digno, firme, desafiante. El dolor no asusta a Prometeo, porque el amor da sentido a sus padecimientos. Y le hace más fuerte, más poderoso aún que el primero de los dioses.

Más allá de los mitos strictu sensu, el Prometeo al que se remite los símiles modernos es el personaje del ciclo trágico de Esquilo, del cual nos queda sólo una pieza teatral: “Prometeo Encadenado”. La obra de Esquilo, de fecha incierta, es una tragedia que retrata el castigo del rebelde Prometeo por parte de Zeus.

Ovidio (43 AC-17 DC.), el escritor romano de “Las Metamorfosis”, explica que Prometeo modeló el primer Hombre con el barro de esas aguas diluviales. Con el fuego divino le da alma.

Esquilo atribuyó a Prometeo el don de la inteligencia creadora y los adelantos y progresos de la sociedad. Podríamos interpretarlo como el portador de la cultura. Prometeo representa todas las tendencias que nos empujan a saber, porque no es lo mismo entender que saber; saber es saber hacer. Y nos empuja a saber más que nuestros maestros. El hombre no está sujeto a ningún límite. En la obra, Esquilo, enumera minuciosamente los beneficios que la Humanidad debe a Prometeo: el cómputo del tiempo, el alfabeto, los números y la aritmética, la memoria, la doma y utilización de los animales, la medicina, la navegación, la ciencia de predecir el futuro.

Prometeo es la divinidad que se arriesga por los seres humanos y permanece indisolublemente ligado a ellos, al haber recibido de él sus conocimientos y técnicas. Fue el trágico Esquilo el primero que presentó la figura de Prometeo como la encarnación de la libertad humana enfrentada con orgullo al destino. Y desde entonces aparece como un liberador del género humano: en Platon, en Plutarco y en Plotino, Prometeo es el inspirador de la ciencia y de la sabiduría humana.

El mito de Prometeo, proveniente de la Grecia clásica, fue transformado desde fines de la Edad Media -especialmente a partir del Renacimiento-, en uno de los grandes mitos de la modernidad. Su importancia es tal que puede decirse que constituye el espacio mítico de todas las utopías de la modernidad desde la Utopía de Tomás Moro. Excede dichas utopías, y es su raíz mítica. Más aún: aparece también en los grandes pensamientos críticos de la modernidad.

Muchos han sido los creadores que a lo largo de los siglos se han servido de esta pequeña fábula para multiplicar sus sentidos y afirmar así su eterna vigencia. Los más diversos investigadores del mundo han encontrado al personaje en obras de Goethe, Byron, Gide, Stevenson o Shelley.

Como bien escribió Karl Reinhard: "¿De qué no ha sido símbolo Prometeo? Símbolo del genio creador, de la insurrección contra las normas de la naturaleza, del titanismo exaltado de los artistas, del entusiasmo del genio creador que asciende al salto de los cielos, de la ampliación del yo a las dimensiones del universo, de la elevación del homo poeta al rango de dios creador... Y además símbolo de lo humano y de la cultura humana, de la libertad y la filantropía que desafía y combate todas las opresiones políticas y religiosas..."

Miguel de Unamuno se acerca en su poesía y en su filosofía a la figura de Prometeo y se vale del rico simbolismo que su mito ofrece. Unamuno se identifica con un Prometeo que representa la conciencia del hombre y su afán de conocimiento.

Miguel de Unamuno dedicó al menos dos obras al titán, un soneto y otra obra más extensa, El buitre de Prometeo,de su obra Meditaciones, dentro de Poesías de 1907. Para su versión poética, sigue principalmente la lectura de Esquilo (Prometeo encadenado) Prometeo, el titán hijo de la Tierra, es un sabio que se enfrenta en un acto de rebeldía al despotismo de Zeus. Poseedor del conocimiento más extenso entrega a los hombres, por amor, el fuego que roba a los dioses y la facultad de adquirirlo, para que así puedan liberarse los mortales. Pero, ¿a qué se debe su castigo? Casi mediado el poema (El buitre de Prometeo), Prometeo declara:

Nacer fue mi delito
Nacer a la conciencia,
Sentir el mar en mí de lo infinito
Y amar a los humanos…
¡Pensar es mi castigo!

Esta alusión al mito de Prometeo no es una mera frivolidad literaria o, mucho peor, un soliloquio erudito y pedante. Si sacamos el mito de Prometeo de la historia es por el potencial utópico e inspirador que tiene. Creemos que para lo que está ocurriendo en Puerto Rico es de una importancia vital, más allá de la que muchos quisieran que tuviese. Estamos ante una crisis del sistema colonial y capitalista de Puerto Rico, crisis que puede ser superada y puede conducir al fin de esta situación trayendo una nueva. Depende de nosotros, de nuestra fuerza colectiva, de nuestra capacidad lo que suceda. Hay un sistema que nos tiene encadenado a un rumbo, una oscuridad que no nos permite ver el futuro: se plantea claramente la necesidad de que el rebelde Prometeo se anteponga y cambie el destino desafiando el poder que nos mantiene encadenados. En nuestra historia Prometeo somos nosotros mismos que debemos hurtar el fuego en contra de los deseos tiránicos que intentan mantenernos como pueblo maniatados a un sistema de injusticias y abusos.

Mariátegui decía que: “La crisis mundial no es sólo política, económica y filosófica. Es también una crisis artística. No hay sino búsquedas.” Y no se equivocaba, la relación entre la creación intelectual y artística humanas y el valor que la sociedad les da como resultado nos lleva al entendimiento de que sólo una cultura nuestra, una literatura nuestra, una poesía y un arte nuestro van a poder ser democráticos, extensivos e integrales, si los desarrollamos a la par con la lucha por un mundo nuevo, en nombre del ser humano, en nombre de una sociedad justa y en nombre de la naturaleza. Vivimos una época de destrucción sí, pero esta destrucción está enmarcada y dirigida por la edificación de un mundo nuevo, honrado, pacífico, justo y solidario. Nadie puede dudar que el sistema político actual es real y existe como hecho de ley y orden, igual pocos pueden dudar que dicho sistema nos ha conducido a la crisis y condenado a miserias. Prometeo nos muestra el camino, hay que destruir el orden de las cosas y esto no se logra de manera pasiva porque la tiranía lo impide, pues hay que robarse el fuego nuevamente.

Prometeo enseñó al pueblo a realizarse a sí mismo, a tomar conciencia de sus acciones, a coger las riendas de su vida y de sus luchas, a reclamar y pelear por lo que le pertenece, a desarrollar a través de esta gesta su ciencia y su arte. Los momentos que vivimos son para afincar en nuestras conciencias los deseos de construir un mundo mejor y esa acción sólo será eficaz si entendemos plenamente que toda acción lleva en su seno la fuerza aniquiladora de todo lo que perpetúe la deshonra, la explotación, la ignominia, el abuso, la corrupción, la indignidad y la miseria.

La victoria de Prometeo, la victoria del hombre está en la lucha misma y en la confianza en el futuro de la humanidad.

Acompaño con estas citas inspiradas en el mito de Prometeo y que creo que como tantas otros pasajes o interpretaciones prometeicas son tremendamente relevantes y pertinentes a las cadenas con las que se ata nuestra isla y la oscuridad que envuelve nuestro pueblo:

"Es fácil para quien se mantiene libre de daños aconsejar y amonestar al que esta en la miseria"

"…es una enfermedad de alguna manera inherente en la tiranía no tener fe..."

-Esquilo

Para desafiar el poder, que parece omnipotente;
Para amar, y soportar; para esperar hasta que la Esperanza crea de su propia ruina la cosa comtemplada;
Y no cambiar, ni vacilar, ni arrepentirse;
Ésto, como tu gloria, Titán, es ser
Bueno, Grande y Feliz, Hermoso y Libre;
Ésto solo es Vida, Alegría, Empresa, y Victoria.

-Shelley